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Poesia: Hasta para amar hay que ir a veces a Mercurio
Hasta
para amar hay que ir a veces a Mercurio
Era Domingo.
La noche ya avanzaba.
Tú me decías:
¡No lo entiendo, inmoderadamente complicado!
Ahora tomo otra vez la iniciativa,
una segunda oportunidad
para que la caballerosidad comparezca
ante tu recién comprendida sencillez.
¡Mira por
donde!,
así que a tu lado no sirven misterios,
ni genialidades elevadas al factor de la perplejidad.
Imaginaba que por tu fino y selecto gusto de vestir
y elevado equilibrio de comportamiento social
rebosarías de complejidad femenina,
aunque nada mas distante,
me sorprendes gratamente con tu modestia.
¡Equivocado estaba!, así consta en este papel.
Cambiando el
rumbo original
establezco nuevas coordinadas para próximos encuentros
en alta mar.
No desaproveches estas ocasiones
para desembarcar en la isla de la paz.
El mar abunda de desperdicio generado
por la ignorancia humana..
Tenemos un
denominador común,
un anhelo que alcanzar.
Somos rebeldes que desafían a tiranía e injusticia.
Recuerdo también aquel Domingo,
Los cuadros de expresiones dócilmente enraizadas
en el anexo del palacio de tu encanto.
¿A que no es difícil hallar excusas
para proyectar felicidad en tus motivaciones?
El tiempo
metafísico retardaba la retirada
mientras visualizábamos los oleos sobre los lienzos.
Nos perdíamos en el circuito del arte,
mientras nuestros vasos medio vacíos discutían entre si,
para ver quien presumía en ser el primero
en entrar en las profundidades vocales.
En el primer intento apelaba a tu juventud.
A continuación me inclino levemente
para presentarte aprecio sincero.
En el “punto
de encuentro” me enoje
por querer resolver una situación de impotencia colectiva.
Todos quisiéramos que no fuera así.
Mi enfado se estrello contra ti
Por verte al mando de una empresa condenada al fracaso.
Me equivoqué contigo,
no resultaste ser el origen de la causa.
La
satisfacción me complace por haberte pedido perdón de verdad.
¡No eches por tierra lo que tanto esfuerzo te costo!
El mal no puede desbancar tu posición privilegiada
si lo combates constantemente con el bien.
Puedes adquirir alegría en la obra
de instruir conocimiento que salva vidas.
Tu bien lo
sabes,
porque durante un tiempo que nunca debes olvidar,
te dieron de beber cuando tenias sed.
Concuerdo contigo con que el amor “eros” es sumamente fácil.
Por lo tanto esforcémonos en los días consecutivos
para que los hechos demuestren:
“La vida entera es amor”.
Generar
avalanchas de detalles enternecidos
deriva en caricias descubiertas a flor de piel,
dar el resto conduce al triunfo sobre tu ego.
¡No abandones!,
todo es posible.
@Ava
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