sábado, 31 de mayo de 2014

Poesia: Las cuatro estaciones de la Epilepsia



Las cuatro estaciones de la Epilepsia
 



 Aura

Llega el aviso,
el aura dorada que te rodea  las piernas
y tensa tus nervios al nivel y  la fuerza de las columnas de los rascacielos del miedo.
Te da aún la oportunidad de controlar,
de erigirte de espaldas y agarrar las manos de la salvación que te lanza tu fe.
Y cuando logras agarrar firmemente esas manos y la voz de la calma pone en cuna tu alma
vuelves a controlar, vuelves a ponerte de pie, vuelves a caminar.

Agarre

Hay un punto del No Retorno,
hay un punto que ya no hay cuerda donde agarrarse
y donde la caída al agujero es inmediata e fulminante.
Te preparas para rezar,
seas creyente o no.
Te preparas para ser vencido.

Apocalipsis

No hay tiempo terrenal en el universo epiléptico,
los  segundos son minutos,
los minutos horas.
Tu mente lucha por salir del remolino en el que has caído.
Las piernas se rompen y sientes crujir tus huesos.
Si acude ayuda,
sientes voces muy lejanas,
es la puerta para salir.

Abrazame  

Despiertas. Sin fuerzas.
Nublado, tus piernas no aguantan, y te arrastras,
o te llevan.
Pides que no te dejen, que no te abandonen,
pides no volver  a dormir,
pides el abrazo donde llorar tu dolor y miseria,
volviste perdido.


@ Las Crónicas de Ava


viernes, 30 de mayo de 2014

Frases de Ava

Es sumamante fragil que se produzcan esas circunstancias que hagan que el Amor se cose firmemente a tus huesos y a los mios. Solo con que falle una de esas variables, el hilo se rompe, y Tu y Yo seriamos de nuevo desconocidos que se alejan en sentidos distintos. 

@ Las Crónicas de Ava

Ólafur Arnalds - Only The Winds







jueves, 29 de mayo de 2014

Frases de Ava

El verso del olvido es aquel que escribes en el dorso de una lata y colocas en el punto decisivo de tu mirada para darle una patada que te vacia el alma dañada.
@ Las Crónicas de Ava

Poesia: Conviviendo y venciendo a la esquizofrenia

Conviviendo y venciendo a la esquizofrenia

Apareció sin avisar en tu vida. El detonante fue la muerte del la persona que más
querías. Te moriste en vida, y por meses te acompaño ese dolor
de no haber podido estar con ella cuando se fue
y empezaste a cambiar, no de la noche a la mañana, gradualmente te
fuiste derrumbando por dentro, y yo te consolaba, te animaba,
pero sentía que era insuficiente,
Te vi retrocediendo hacia atrás y sentía ese dolor que te partía y te hacia ser huérfana.
Yo no pude ser tu madre, pero si el que te sostenía,
el que te quería, el que quería que reaccionaras y no te murieras.

Un día amaneciste y decías no reconocerme,
un día despertaste y decías asustada que no estabas
segura, sentías que el mundo se volvía contra ti.
bajabas las persianas, veías ojos extraños que te vigilaban,
y pensabas que estabas con un extraño y asustada pedias por socorro.
Golpeabas contra mi, y yo te sujetaba,
por dentro yo lloraba, por fuera te tranquilizaba,
y cuando no hubo más opción me pediste auxilio,
y el ingreso, en la casa de la sanación.

Cuando te iba a visitar día tras día en el hospital,
llevándote la muda, te sentía perdida, medicada,
luchando en tu interior por hacer desaparecer ese monstruo que te hacía ver cosas horribles.
Tu cara brillaba como una niña feliz cuando me veías aparecer por el corredor de las visitas,
y tu tristeza marcada a la hora de volverme a ir.
Al principio me suplicabas por sacarte de allí, por liberarte de esas paredes,
hasta me lo echabas en cara, y qué más quisiera sacarte de allí,
pero estabas presa en la peor de las cárceles,
en los engaños de una mente que te hacía ver cosas que no eran.
Pero aguantaste, luchaste,
la más difícil de todas las batallas,
y aunque el amor de pareja entre nosotros había desaparecido
jure por mi honor que iba a hacer todo lo posible por ayudarte a estar de nuevo en la vida,
y recuperar esa vitalidad a tus ojos cansados y extrañados.

Sigue luchando como sabes,
te recuerdo cada dos por tres que estas viva,
y aunque tienes el monstruo controlado
no bajes la alerta, aférrate a la vida,
a la actividad,
sabiendo que tu estas bien, yo soy feliz.
Voz y sentimiento de tu ex-marido
que siempre será tu familia y apoyo.

@ Las Crónicas de Ava

Abel Korzeniowski - W.E. (2011) - Soundtrack Score Suite




miércoles, 28 de mayo de 2014

Poesia: Repetitivamente pasan cosas



Repetitivamente pasan cosas

No estoy pendiente de las tendencias televisivas
o de los gurús de la moda,
ni se quien es el número uno en los cuarenta ahora
ni porque una mujer barbuda gano un festival con un euro y su visión.

Suele pasar repetitivamente, una vez tras otra,
que las emociones y sentimientos que parecen que duran toda la vida
entre promesas y novedades,
pero que con demasiada frecuencia acaban por venirse la cuesta abajo,
haciéndose pupa al tomar contacto con el suelo de la realid
ad.

Deje un grupo que se volvió exclusivista,
el tiempo había acabado y yo había crecido más allá de sus estatutos,
y como siempre con mochila en mano seguía la luz del horizonte.
Deje los fantasmas y rondas de la noche
por acabar cansado de dar esquinazo a leyes y patrullas.
Deje de estar casado,
para amar algún día con pies descalzos en la arena de mi imaginación.

Comprendí a Dalí, a medida que yo seguía,
a medida que él se perdía de nosotros
y se enamoraba perdidamente del arte.

Mañana estaré en Alcorcón, y después ya veré.


@ Las Crónicas de Ava

To Destroy A City - Goodbye Dear Friend




lunes, 26 de mayo de 2014

Frases de Ava

Te diria palabras negras al oido, aquellas que son proscritas y que permanecen prohibidas hipocritamente en boca de los moralistas.
@ Las Crónicas de Ava



Poesía: Soy la nada porque apenas siento nada



Soy la nada porque apenas siento nada


Estáis acostumbrados a leer mis frases,
mis visiones de naufrago en un planeta con fronteras
que deberían caer.

Estáis acostumbrados a acompañarme en mis reflexiones
de lunático despierto, de enamorado casual,
de destrozado sin alma vinculada.

Cuando pienso en todo el volumen y la cuantía de lo que ya he escrito,
me entra el mareo y el temor de quedarme sin voz y sin fuerza,
y caer seco como las hojas que deciden morir en otoño.

No digáis muy alto que soy Poeta,
me entra la ansiedad de la tristeza permanente.
No me pongáis en peldaños que no merezco ni soporto,
mejor echadme la ceniza de vuestros miedos
y hare lo posible por devolvérosla convertida en cariño para el humano necesitado.

Jamás podré llevar una regular constancia emocional
ni coger la autopista del “siempre a 120”.
Recibo impactos de aquello y de lo otro 
y me producen los cráteres dichosos y cuando llego alcanzar
el fondo solo siento la sombra punzante que me destroza por minutos expandidos.
Caer destrozado para renacer en la corona del sol.

No siento nada, así parece ser,
no siento la fuerza que me lleva
y así hoy y ayer constantemente a ráfagas de horas y mareas.
Si salgo a la calle es por pura inercia,
para no quedarme  atrapado en las cuatro paredes que se acercan.
Existen y no son imaginaciones estos “No siento nada”.

@ Las Crónicas de Ava