CARTA A MI PADRE
Hola
Papa.
Hace más de un año que te fuiste y sigo recordándote. No me es fácil escribir
esta carta, pero quiero dirigirte algunas palabras y emociones que sentí cuando
te fuiste.
Llegue a tiempo con Rosa desde Granada para acompañarte a ti y Julia la última
noche en el Hospital. Yo estaba satisfecho por haber llegado a tiempo.
Tú estabas sedado, con los ojos cerrados y respirando con dificultad. Te
agarraba la mano y te ponía mi otra mano en tu cabeza y empecé a hablar contigo. Quería que no te preocuparas, yo estaba
bien. Interiorizaba en mis pensamientos
las palabras e imágenes necesarias para desearte un buen traspaso de
existencia. Te decía que ibas a conocer
mundos e dimensiones increíbles para poder iniciar tu andadura de viajero.
Yo ya hace más de dos años me había preparado para tu despedida. Tu habías
perdido poco a poco tus recuerdos, pero cada vez que iba a verte, y aunque no me conocías,
yo estaba feliz por estar contigo y que sintieras mi contacto y mi voz. Los 9 meses que pase cerca de ti me
ayudaron a comprender la perdida de tu memoria. Estaba cerca de ti, y era lo
que importaba.
Siempre estaré agradecido a Belén y Mari por cómo te cuidaron en tus dos
últimos años, fueron como unas hijas para ti, y Julia, tu mujer, siempre
pendiente de ti, y para mí fue como una segunda madre.
Esto no
es un escrito de palabras elocuentes. De cierto tuviste tus fallos y errores.
¿Pero quién no los tiene? Yo nunca le puse
demasiada importancia a eso. Fuiste un padre para mí, aún en la distancia, y en
las épocas que pude visitarte.
Me enseñaste el valor del esfuerzo, y de la constancia. A veces hubiera deseado que hubieras venido a
verme, pero no pudiste, o no tuviste las condiciones. Era parte de tu
personalidad y ser, y así al final me lo tomaba.
Ya
viajaba yo lo suficiente por los dos.
En tu último amanecer yo no hacía más que tocarte la frente, acariciarte y
hablarte. Te fuiste en compañía de tu
familia, y ese hecho es para estar feliz. Nadie se merece morir solo. Y te fuiste, en paz, iniciando un viaje que ni
me puedo imaginar.
Manuel Villa Fuentes, mi padre, con cariño y orgullo siempre te recordare.
Gracias por ser mi padre en esta existencia.
Tu hijo que te quiere.