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Poesia: El sexo de las libélulas o como rozar y no perecer
El sexo de
las libélulas o como rozar y no perecer
Y
aunque sufrimos,
nos fuimos por caminos muy diferentes,
para crecer,
para ser persona en una vida intermedia sin ti, sin mí.
La sangre
que derramamos
por clavarnos las espinas del amor realizado,
lo vivido, lo asumido.
Ahora es el agua del destino que nos ha llegado a juntar,
que acerca anillo al dedo,
dedo a la boca,
y boca en sexo candente. .
El pacto que
sellaron besos de antaño
ahora ni son promesas,
ni materia volátil.
Es mejor el presente continuo de eros y amor.
Llevo tatuado una flor de loto de Tailandia,
allí en el interior del muslo se siente,
la hueles, la recoges con caricias, con azotes,
con besos, con arañazos.
@Ava
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