El viento roza entre mis
dedos las direcciones cardinales
Siento que la vida me roza entre dedos
y el viento de las ocurrencias de vez en cuando
me hace intuir para apretar la mano
y sujetar un momento clave que puede determinar mi día,
mi semana, o tal vez toda una vida.
Son cosas de cabeza de poeta,
cosas que me ocurren al llegar a casa y alegrarme por recibir un Hola.
Cierro mis sentidos de permanencia
y suelto amarre para dirigirme al Faro de
las cuatro direcciones cardinales.
Norte:
Fortaleza, aguante, el frio me fortalece,
piel de cara curtida,
valoro las amistades escasas fuertes y
compactas como roca de platino.
Este:
La llama de la mente me seduce,
la llama de la espiritualidad me ofrece nuevos velos para desvelar,
la llama de la seda me hace vestir de Marco Polo extenso a Júpiter.
Sur:
Allí me deslizo cuando bailo
y más cuando llevo a alguien.
En el sur está la playa donde me baño cada noche
con el beso que me acompaña.
Delirios y entregas a mordiscos de mono sagrado
y el pingüino elegancia se acerca del extremo sur.
Oeste:
El mar corre en mi sangre cuando la luna se acerca a pedir tributo,
a pedir la adoración del amor que entrega a valientes y desagradecidos.
Ya sabemos, no hay justicia siempre,
pero vete al oeste,
vete camino de la libertad, con mochila, con poesía,
vete y deja atrás a los que no pueden seguirte
porque han elegido otro camino,
el tuyo es diferente.
Oeste y el sol despierta.
@Ava
UN ABRAZO DE LOS DE ANTES
Hace 8 años
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