Lengua Catapulta
Te huelo acercándote por atrás.
Te siento arrimándote por mi cuello.
Te siento bajar por los pasos de mi espina dorsal
Y tus manos atadas a la terminal sensible de mi espalda.
Aprietas a ritmo de tres tanteos para soltarte
para aproximarte a mi vista como te enseñé,
como te adiestré en tantas tardes
extendidas en suelo, madera y cama flotante.
Y te sigo pensando, redibujando esos mundos oscuros
que solo te permito ver a ti,
la que adivinas mis pasos,
tú que sabes lo que pienso, lo que deseo,
en lo que caigo, en lo que me levanto.
Es la lengua-catapulta
la que nos da la rematada y punta afilada
para hacer callar a los cuerpos caducos
y entrar en erección a las sensaciones cadentes y notorias,
tórridas ya solo con versos, ardientes con solo tocarnos
y apretarnos contra esa pared, soporte de nuestro fuego.
Y cuando me adentro en tus senos,
y mis manos se deshacen en el flujo de tu sexo,
nada más me hace sentir hambre,
nada más me hace sentir vacío,
al convertirme en tu alimento,
al convertirte en lo que bebo.
@Ava