martes, 22 de octubre de 2013

Frases de Ava



Los creadores, los poetas, los hacedores de sueños, los dibujantes del vacio hecho un universo, no funcionamos bien bajo agobio, bajo presión, bajo constantes expectativas. Venimos y damos, venimos y besamos, asi de repente, y asi nos gusta crear y amar. Asi vamos coloreando y palabreando y correografiando lugares que abrazan nuestra presencia, nuestro roze.
@Ava

Frases de Ava

La soledad bien utilizada puede ser un Boomerang para que vayan creciendo corazones ajenos que se arriman a tu sombra y desean ver tu luz.
@Ava

lunes, 21 de octubre de 2013

Bliss - Sunrise





Poesia: Tu voz, mi voz, en extra mundos

Tu voz, mi voz, en extra mundos


No hay amistad pasajera y vana posible
una vez yacido juntos en las puntas del trigo que revienta
en fruto el sol acumulado.
Hay una cuerda que baja a mi boca,
en la que te deslizas y plantas saliva propia de tu jardín exento.
Lluviosa caes,
en mis ojos de arena seca,
miel dura que muerdes en mis labios de melocotón.

Katmandú en la cúspide de tu pecho,
y giro al revés las ruedas del mándala,
polvo naranja sucede en las palabras escasas
que me preceden.
No hay ritmos de Europa hoy en tu rubia bandera,
mi piel morena ensambla duetos
que mezclo con tus versos.

No hay amor vano,
sin haber saqueado y explotado la amistad más allá
que el deseo nos marco,
y al traspasar el zenit
pisar nuevas lunas de Venus se antoja en forma de vivir,
nos hace conquistar y avanzar,
sin ataduras sin agobios sin la tierra que se culpa del pecado.

@Ava


domingo, 20 de octubre de 2013

Este Silêncio - Milagre



https://myspace.com/estesilenciopost

Frases de Ava

Los creadores, los poetas, los hacedores de sueños, los dibujantes del vacio hecho un universo, no funcionamos bien bajo agobio, bajo presión, bajo constantes expectativas. Venimos y damos, venimos y besamos, asi de repente, y asi nos gusta crear y amar. Asi vamos coloreando y palabreando y correografiando lugares que abrazan nuestra presencia, nuestro roze.
@Ava

Poesia: Abducción

Abducción

Dormía sin realmente dormir,
con ojos abiertos
los segundos emplastaban mi conciencia paralizada
contra el techo que se iba llenando de agujeros.
No los veía,
todavía,
y grises ráfagas estiraban de mi invisibilidad vital.

Quería agarrarme,
pero no agarraba materia,
veía disolver mi cuerpo en luz que me arrastraba,
Caía hacia arriba,
los libros se alejaban,
se volvían hormigas menguantes en la estantería atómica.

Decia “Mama”, pero no me oía,
los transparentes no tenían voz,
y finalizaba en un círculo,
que respiraba, se expandía y contraía
con ojos grandes y en sus pupilas veía
espirales de acumulaciones de estrellas y pulsares que rotaban
y comprendía la lejanía de su procedencia,
la curiosidad por estudiarme.


 @Ava


viernes, 18 de octubre de 2013

Poesia: Metropolis

METROPOLIS

Las linternas se encienden.
Mágica luz que se mezcla con la ansiedad de los hombres.
Pasos oscuros sobre pavimentos usados,
repugnante como la vida misma,
y no acaban de cesar los gritos desesperados de la gran urbe.
Metropolis,
como solo tu sueles ser,
tus rincones están llenos de ratas vagabundas,
las prostitutas en tu barrio
patrullan delante de los infelices.
Latas oxidadas resuenan en los callejones sin salida.
¿Quién eres? ¿Dónde estas?
¡Estoy solo ante la fluidez de las palabras!

¡Metropolis!,
como yo te siento,
no me rindo ante tus peligros civilizados.
Solo quiero, busco, anhelo, deseo, desespero
por tu perfume metálico y de caucho,
avanzo imparable y sin duda hacia tus labios.

¡Metropolis!,
te convertiste en femenina,
asesinas multitudes de indecisos
que no se resisten a tus leyes callejeras.
Solo poetas y soñadores,
los que nada tienen que perder,
circulan por tus amores.
Vida, eres vida venenosa,
en cada momento me recuerdas mi odio por ti,
esa realidad que aplicas con tanta eficacia.

Bailo enamorado,
fuerte y salvaje,
Africa y el Waltz dentro de mi complicada fuga,
las cadenas de cristal se rompen.
¡No soy tuyo, ni te pertenezco Metropolis!
¡Libertad!
¡Llueve naturaleza!
Truena, sopla,
ayúdame contra lo sintético e inventado.
Soy universal, no urbano,
Cosmopolitano a distancias de tu basura diaria.
Guarda mi lágrima ciudad,
piensa en la razón de mi enfrentamiento,
en lo que pude ser para ti,
quizas un amor,
y en lo que yo intente no ver en ti.
Adiós Metropolis,
tragedia persistente.
@Ava


miércoles, 16 de octubre de 2013

Poesia: Soledad silenciosa y contraofensiva



Soledad silenciosa y contraofensiva
 
Es esa soledad silenciosa,
lenta,
la que murmura voces bajo almohada,
la que aparece a hora imprevista, maldita, segura,
y aún así la combates.
Te ocupas, te ocupan, eres ocupado
y las actividades se suceden y la callas,
funciona, a ratos, a muchos ratos.

Eres existencia de cuerdas de cello,
y cuando eres música y la abrazas,
se te abren los poros de tu alma
y la piel tirita, tiembla, pre
siente,
es allí, cuando en tu accesibilidad ataca,
te avanza la soledad, y te hunde,
te hace agachar para oler tierra y cenizas.

Aún así,
te mantienes firme, es un momento,
sabes que pasa, sabes que ocurre, sabes que vuelves a salir.
La ley del esfuerzo, tu baza, tu espada
y estas en la calle,
estas presente, con los otros peces, con las otras aves,
vuelas y nadas.

En la punta de los dedos lo sientes muchas veces,
al teclear,
al pasar la corriente de la emoción que emite tu mente y pasa por tus manos,
por tus dedos y hacen visible al mundo lo que piensas,
lo que te ocurre.
Manifiestas que existes,
ni mejor ni peor.
Existes.

@Ava




martes, 15 de octubre de 2013

David Darling - Cello Blue





Frases de Ava



Las palabras en punto suspensivos hasta que se realizan, doblar sensaciones en objetos voladores, echar gotas de tinta al mar para que las estrellas marinas escriban con los cinco sentidos y sus cinco puntas.
@Ava

Relato: Aviones de papel, barcos de papel

Aviones de papel, barcos de papel

Cada mañana realizaba el mismo ritual, Desmontaba la torre de sillas para colocarlas una por una en la terraza del Bar-Restaurante. Semana santa estaba a punto de caer, y la vida ajena de otros lugares empezaba a llegar a este trozo de pueblo perdido en las costas del Atlántico. La gente del pueblo parecía despertar de su largo sueño invernal, como si hicieran el mínimo desgaste para echarlo todo en estos meses primaverales – veraniegos.
Mi jefe me llamaba siempre cariñosamente “ola rubia”, porque según su observación a la gente que que acudía al restaurante le gustaba mi forman rápida y natural de atenderles. Apenas se lo discutía, ya bastante tenía con no perder mi hilo positivo de afrontar este trabajo. No era lo que yo había soñado al dejar los estudios, pero me daba para existir, para mi hija y para salir adelante dignamente. El divorcio hace apenas un año me dejo exhausta de tanta pelea, de asumir que entre el y yo ya no había más relación que el bienestar de una niña de 13 años.

Hace días me había fijado en un hombre, con barba canosa, quizás llegaba a los 50, no lo juraría, pero tampoco lo descartaba. Lo veía acercándose cada día a las nueve de la mañana a la playa. El quitaba sus zapatos, caminaba descalzo hacia la orilla y una roca que había al lado. Se sentaba y pude reconocer como sacaba una libreta y empezaba a escribir. El restaurante estaba justo al lado de la playa, por lo que el hombre pasaba cada mañana cerca del mismo. Mientras limpiaba y fregaba la terraza mis pensamientos estaban en decenas de asuntos, pero mi curiosidad fue creciendo cada dia, ¿Qué escribía aquel hombre? Ni lo conocía, tal vez un recién llegado, un refugiado de los acosos de la sociedad competitiva y acosadora.

Cuando el hombre acababa de escribir, vi que sacaba la hoja y empezaba a doblarla, en formas, en utensilios viajeros. Un día parecía un avión, y lo vi lanzarlo con decisión al mar. Otro dia le vi colocar algo en lo que me parecía un barco de papel. Y dejaba que se fuera. Cuando el hombre finalizaba su ritual emprendía el mismo camino de regreso, Pasaba muy cerca de la terraza, y se perdía en el camino que llevaba a una urbanización costera. Nunca paraba, su cara decidida a no revelar, sin facciones de emociones, solo la mecánica del desplazamiento corporal, del adelante a alguna parte.

Los días se sucedieron, y puntual a las 9 llegaba el, pies en arena y a escribir, a dejar, y a regresar. No puedo explicarlo, pero mi sensación de incertidumbre y aprecio por este hombre iba creciendo, iba haciéndose duda que no podría aguantar mucho más tiempo. Un día decidí limpiar a las afueras del restaurante, con la intención de cruzarme con el, quería hablarle, era curiosa, lo sabia, pero no era una curiosidad chafardera, más bien una necesidad creciente de hablar con el, conocer sus motivos, algo. Tenia la escoba en la mano cuando lo vi venir, me gire hacia el y le dije –Buenos Días - El se paro algo sorprendido y respondió – Hola que tal, buenos días -
Yo sin más dilatación le explique que llevaba tiempo observando su ritual, la forma como escribía, y su partida, le decía que me había impactado vivir esas repeticiones cada mañana. Me atreví a preguntarle sus motivos, que escribía. A lo cual el me respondió, - sentémonos por favor, y tráeme un café, y te hablare, me hará bien soltar peso, palabras –

- Suba por favor – le indique. – Ahora se lo traigo -. Y en unos minutos regrese, con café, lo servi y me senté en su mesa. Al rato de echar un buen trago, el respiro y empezó a hablar:
- Mira, yo vengo cada mañana a la playa por una promesa, por un sentimiento de “Echar de menos” a una persona que fue todo en mi vida. Pero no la pude retener, la muerte se la llevo, de repente, de la noche a la mañana, pero eso si, antes de irse me dijo que por favor la recordara cada mañana con algún verso, con algún pensamiento que saliera de mi corazón, de la vida que tuvimos durante tanto tiempo. Haz eso y yo te sentiré en el lugar que este. Hazme llegar de algúna forma tus emociones, tu amor, tu todo, hazlo volar, hazlo navegar, y yo estare esperando la llegada de tus barco de papel, de tus aviones de papel. Y al decir eso, ella se fue, apretando mi mano, el apretón último. Desde entonces estuve en el caos, en la ciudad anónima, hundido, pero un buen dia me levante y me dije voy a hacerle llegar mi vida, decirle que siempre la voy a amar, que viviré con dignidad. Y desde entonces cada mañana escribo algunos pensamientos, algunos versos, sobre papel, y se lo hago llegar a ella, volando, navegando, y se que llegan –
Al escuchar sus palabras yo no pude reprimir mis aguas y comencé a llorar en silencio. En un impulso sentido le di un fuerte abrazo y sentí que el correspondió y me abrazo también. Le note un fuerte suspiro, un fuerte alivio. Y de sus palabras salió un: - Gracias, necesitaba una amiga -

@Ava

Simon Daum - Uncertain





lunes, 14 de octubre de 2013

Poesia: Tubular Bells y la onda infinita



Tubular Bells y la onda infinita

Un ligero sentimiento comienza a flotar,
deja vibrar el aire en la corriente de la luz.
Vibraciones en forma de pirámide
llegan hasta el sol
que descansa apenas sobre el mar.
En lo alto sobre el mapa del cielo
se forma un puente de música y sueños.

Desde la puesta del sol
hasta la luna que se balancea en la cima de la montaña,
desfilan los distintos sonidos sus posibilidades de ser escuchados.
Al ritmo variable de las guitarras murmuran las olas
que llegaron desde lejos,
rompen contra la existencia de las rocas.
Apenas hay poder en el mundo que podría medirse
a la fuerza que se presenta ante mí.

Por todas partes,
de las montañas, del sol, del mar,
todo el horizonte un torrente.
Suenan las campanas acompañadas por sus hermanas,
las guitarras, flautas, harpas,
las finas voces del ser humano,
todas a la sombra de las campanas.
Campanas turbulentas,
en estos instantes nada es como antes.

Desde el abismo del horizonte se elevaron al cielo,
reflejándose en el centellear del agua los sonidos dorados.
Sobre todo el mar se expandieron
mil colores de bellas sinfonías,
se hicieron milagros reales,
arcos iris sin palabras.
Los que querían comprender esa música
tenían que poder leer a través de un muro
los libros de notas del viento
y distinguir
entre las manos adelantadas de un gran sueño
y de la telaraña que induce a resignarse.

Ahora estoy aquí,
en la orilla,
escuchando la música
cuyo origen, de eso estoy convencido,
proviene de una fortaleza británica,
de una isla que resiste a los ataques atlánticos.

Sentado allí, en Britania,
en verdes tierras celtas,
compone un hombre lo que siente
y tal vez observa a sus meridionales vecinos celtas.
De el resultan nuevos mundos musicales
para los que quieren entrar y vivir en ellos.

Vendrán nuevas melodías,
vendrán viejos deseos,
las lámparas se encenderán.
La música,
un hierro torcido en forma de triangulo,
la música permanecerá en las nubes,
indestructible.
La música no morirá,
se expande en ondas de eternidad infinita.

@Ava