miércoles, 11 de diciembre de 2024

UNA VIDA EN UN ABRIR Y CERRAR DE OJOS - Poema de Las Crónicas de Ava (Álvaro Villa André)

 


UNA VIDA EN UN ABRIR Y CERRAR DE OJOS

Suave.
Así fue el tacto que recuerdo cuando te escribí aquella palabra invisible
en la palma de tu mano, aquella tarde, hace 9 años y muchos picos.

Fresca.
Así sentí tu sonrisa, cuando saqué magia de una improvisación de las mías
y te regalé esa rosa que le compré a un vendedor ambulante que, casualmente, pasaba por allí.

Curiosa.
Así sentí tus ojos y tu boca, que me lanzaban propuestas difíciles de rechazar,
con el fin de querer saber más sobre mi vida.

Horroroso.
Así me confesaste, mucho tiempo después, que mi jersey te pareció todo menos elegante,
con esas pelotillas en el tejido que llevaba. Y yo, que me veía tan bohemio con él.

Sorprendente.
Así debiste sentirte cuando empecé a contarte mis historias de trotamundos
y de versos libres, voladores.

Y nos volvimos a ver.
Y, tras aquella primera tarde —lluviosa, por cierto—, sucedieron muchas más.
Un hilo se enredó con el otro,
y nuestros tejidos empezaron a enlazarse en las primeras historias en común.

Tempus fugit.
Ya no estamos en el mismo punto que antes. Tú lo sabes, yo lo sé.
Lo curioso es que hemos madurado bien juntos.
Encontramos un hueco donde guardar nuestros tesoros
y un modo de enlazar nuestras manos y brazos con los del otro.

Sin temor.
Ya puede explotar una bomba atómica frente a nosotros:
juntos, y con manos enlazadas,
lo afrontaremos,
para escribir juntos un nuevo libro,
en otra historia,
en otro mundo,
en otro abrir y cerrar de ojos.

viernes, 22 de noviembre de 2024

BUCHA (UCRANIA) - Relato de Las Crónicas de Ava (Alvaro Villa André)

 



BUCHA - UCRANIA

 

Había sido enviado por la Federación Galáctica para determinar si la humanidad estaba preparada para dar el salto más importante: integrarse en la comunidad de civilizaciones avanzadas de la Vía Láctea.

Siempre había defendido que la humanidad era capaz de realizar los gestos más sorprendentes de apoyo y coraje en tiempos de extrema dificultad. En las décadas pasadas, noté en los seres humanos un incremento en su capacidad para generar conciencia planetaria y liberarse de los dogmas transmitidos por generaciones, los cuales han causado divisiones entre la población.

Sin embargo, lo que presencié en marzo de 2022 en Bucha, Ucrania, me devolvió de golpe a la cruda realidad de la especie dominante que habita este planeta.

Al entrar en Bucha, el cartel que indicaba el nombre del lugar estaba medio caído, y el viento lo hacía crujir con un sonido digno de una película de terror.

No tuve que caminar mucho. A la vuelta de una esquina, vi a un ciclista tirado en el suelo. Junto a él, su fiel perro guardaba luto, esperando quizá que su dueño volviera a la vida.

Una anciana se acercó llorando, buscando un abrazo de consuelo. Había perdido a su hija y sus nietos. Me dijo que, desde los tiempos del "Holodomor" —la hambruna provocada por Stalin y su régimen, que causó millones de muertes al pueblo ucraniano—, no había vivido una crueldad tan aplastante contra la dignidad humana como la de aquel marzo de 2022.

La anciana me llevó a un coche azul lleno de impactos de bala. Dentro yacían, según ella, los cuerpos sin vida de sus vecinos Boris y Olga, de unos 70 años. Me preguntaba qué peligro podrían haber representado ellos para las fuerzas ocupantes.

Avancé unos cien metros más y me encontré, junto a una pared, diez cuerpos de civiles maniatados, alineados en el suelo, como si hubieran sido ejecutados por un pelotón de fusilamiento.

¿No se suponía que los ucranianos eran, para las fuerzas ocupantes rusas, algo así como primos hermanos? ¿Y los múltiples vínculos familiares que se habían tejido entre ambas naciones a lo largo de los años?

A lo largo de mi experiencia como observador, había constatado que las peores masacres ocurren en conflictos fratricidas, donde hermanos y allegados llegan a un punto de odio y destrucción tal que las palabras humanidad y misericordia pierden todo significado.

Después de aquel día, mi fe y esperanza en que esta humanidad pudiera deshacerse, en un tiempo razonablemente cercano, de las lacras y prejuicios que la acechan sufrió un duro revés.

Pero mientras haya luz, no dejaré de creer. No dejaré de pensar que algún día será posible.

viernes, 1 de noviembre de 2024

MENTE VOLADORA Y OREJAS DE CARNAVAL - Poema de Las Crónicas de Ava (Álvaro Villa AndréI

 

MENTE VOLADORA Y OREJAS DE CARNAVAL

 

¿Cómo sería sumergirme en un lago de lava
y deshacerme de este cuerpo desgastado,
para renacer como la fuerza del viento que habita en las nubes?

Y no soy de los que devoran películas de Terror,
para ver como en hora y media
descuartizan inocentes
sin que al cabrón del psicópata le pase nada.

Prefiero una historia a la inversa,
donde sale un héroe cotidiano de la calle y se carga sin contemplaciones
a cualquier ser oscuro que venga a este mundo para practicar y disfrutar
haciendo el auténtico mal y sin piedad.

Le pregunto a un pacifista de moda empedernido,  
que se pasa todo el santo día publicando frases “chachi guays”  
de que se acabe la guerra,
independientemente de quien fue el agresor.
Me pregunto qué haría en la situación de que unos desalmados atacasen a su familia o vecinos para matarlos,
y el tuviera una arma para poder evitarlo.

Por desgracia hay situaciones que no sirve ofrecer la otra mejilla,
cuando la existencia de los tuyos está en peligro.

Me pregunto cuántas idioteces que se dicen en la Televisión
se depositan en cerebros predispuestos,
para derretirles poco a poco
cualquier síntoma de análisis y pensamiento reflexivo.
Y siguen emitiendo corrosivos para socavar el intelecto racional.


No me extraña que a veces me voy en pensamientos hacia Venus,
para imaginar cómo sería estar expuesto durante unos segundos
a cien atmósferas de presión.

No hace mucho supe la respuesta
de porque los aviones comerciales no llevan paracaídas gigantes
para evitar los accidentes aéreos.
Buscadlo y lo sabréis.
Me encanta buscar respuestas.


Y para concluir este ir y venir de pensamientos.  
Hace meses supe cómo se llamaban esos dulces crujientes
con canela que hacia mi madre cuando era una adolescente,
a quien le crecía el pelo por doquier.

Orejas de Carnaval. Así se llamaban.
Cierro los ojos,
lo imagino,
huelo muy profundo,
esa canela.  
Y cuando le doy un mordisco,
hace “Crack”.
¡Delicioso!
Tan frágiles y tan ricas.

 

lunes, 28 de octubre de 2024

CONVERSACIONES CON EL SEÑOR MIEDO - Poema de Las Crónicas de Ava (Alvaro Villa André)

 


CONVERSACIONES CON EL SEÑOR MIEDO

 


Hola Señor Miedo.
Si hago memoria de todos estos años,
la verdad debo decir que tú y yo apenas hemos tenido relación,
ni mucho menos conversaciones trascendentes.

Hoy me acerco a ti,
en un afán de analizar todo lo que tú representas,
el miedo en todas sus formas variadas.

Naturalmente hay cosas que me dan miedo.
Cada noche me acuesto teniendo una espada de Damocles sobre mí cuerpo,
sobre mis neuronas.
La epilepsia no se ha ido, y puede volver.

Pero he aprendido a vivir con ella,
a no dejarme condicionar por ello
mi vida restante.

Señor Miedo, mi carácter y forma de ser son de tirar para adelante,
de resolver las complicaciones que se me presentan con el transcurrir del tiempo.

Nací con esa psique de fortaleza y resistencia,
que le vamos a hacer,
pero nunca he tenido tiempo, ni necesidad,
de aceptar los traumas mentales que ofreces sutilmente
para estar siempre pendiente de ti.

Y esto, de alguna forma ,
tendrá que ver con que ya hace tiempo acepte la muerte
con toda la naturalidad como parte de mi vida.

Puede llegar tarde, o temprano,
pero algún día llegara.

Tendrás mucho éxito con otros seres vivientes,
a quienes obligas llevar tu peso constantemente
para hacer de sus vidas un calvario.

Te miro a los ojos Señor Miedo y no puedo darte más protagonismo.
No me sale de mis santos huevos convertirme
en un servidor de tus paranoias.

Tú ya sabes como soy,
bajo qué condiciones nací,
y el puzle que he montado a lo largo de los años.

Y precisamente de eso hablo a la gente en algunas de mis intervenciones.
y ponencias.

Y precisamente de eso escribo en mi poemas,   
del poder para lograr agarrar la vida con las manos. 

Y precisamente por algo tengo esas visiones y certezas
que me aportan fuerza y claridad
 para no sucumbir a la parálisis del miedo.

Esta vida es como un recorrido de aventuras hasta el próximo salto.

Se puede tener miedo a tantas cosas.
La soledad, el abandono, la tortura, la locura, la perdida de tu propia esencia.
Sí, no niego que el miedo existe. 
Pero no tengo ni ganas, ni tiempo, de machacarme la mente con ello.

La vida me espera.  No le temo a vivir.
Alguna vez te lo dije, y lo repito.
El miedo frena la vida.

¿Crees en serio que voy a cargar con ese peso muerto?
¿Te ha quedado claro?

Pues anda Señor Miedo,
allí está la puerta.
 
Tengo que seguir.



jueves, 17 de octubre de 2024

ESOS DETALLES PARA HACERTE SENTIR PARTE DE MI VIDA - Poema de Las Crónicas de Ava (Alvaro Villa André)

 


















ESOS DETALLES PARA HACERTE SENTIR PARTE DE MI VIDA

 

Hay días, en las que entro en inmersión en mis memorias guardadas,
y echo un vistazo al cielo, donde están suspendidas algunas nubes artificiales,
y percibo la rapidez con la que a veces pasa el flujo del tiempo.

Estoy en la antesala de publicar mi cuarto libro,

te dejar algunos trocitos de “historias de migas”
para las generaciones posteriores.

Te miro a ti Rosa,
y se me hace evidente de lo valioso del tiempo que nos queda.
Te observo cuando no me observas,
y sale de mis adentros de mostrarte con gestos diminutos a veces,
y otras ocasiones con hechos más contundentes,
la importancia que tienes en mi vida.

Es como cuando conduzco el coche,
y dejo mi mano derecha sobre tu muslo de la pierna izquierda,
para hacerte sentir presente,
para transmitirte con mi mano hecha pensamiento,
que me siento en paz y feliz de estar en este trayecto contigo.

Es como cuando por las noches,
te proporciono ese orgasmo gustativo,
que es rascarte la espalda de arriba abajo,
y ver como haces una coreografía de gata que está experimentando
la mejor ola sensitiva de su vida.

Es como cuando por la noche,
recién acostada,
entro en la habitación y te cojo los pies,
para hacerte esos movimientos y masajes,
que te llevan a perder el peso innecesario
que has acumulado durante el día.

Y podría nombrar a la inversa,
muchos detalles que tienes tu conmigo.

Es un dar mutuo, sin presión, sin obligación,
sin obligaciones falsarias como acostumbran algunos,
para mantener relaciones artificiales ya quebradas
en el tuétano del hueso.

Y  te digo todo esto,
para decirte la importancia que tienes en  mi vida.


@ Las Crónicas de Ava

sábado, 5 de octubre de 2024

NO NECESITO DE MUCHO PARA SONREIR - Poema de Las Crónicas de Ava (Alvaro Villa André)


 

NO NECESITO DE MUCHO PARA SONREIR


No llevo zapatillas cuando voy  por mi casa,
necesito sentir los pies en el suelo,
deslizarme sobre él,  cuando estoy eufórico,
o simplemente tirarme al lado de sofá
y ponerme a mi perra querida
sobre mi pecho para sentirla respirar,
y verla con esos ojos negros de amor perforador.

Necesito ser yo a menudo,
y dejar colgado en alguna parte
el traje invisible que llevo cuando salgo a la calle.

Puedo decirlo,
ahora que estoy desnudo para sincerarme delante de la pantalla.
A veces estoy cansado de intentar revivir y echar fuego de buenas intenciones
a las amistades que se están apagando lentamente.

Y es la pura verdad,
siento desgaste,  siento vació,  siento distanciamiento,
al escuchar siempre las mismas dinámicas de explicaciones moralmente correctas,
y anímicamente estériles.

Cierro los ojos y me dejo ir,
para ir a correr junto con los lobos siberianos 
que vienen para recordarme que aún me queda mucha esencia de querer vivir,
y comerme la vida gusto.

Me conocen por mi constante energía,
por mi sonrisa a mal tiempo,
por ser un buen amigo simplemente.

Pero a ratos también me siento débil,
como descargado y desanimado.
Son micro ratos en el reloj biológico.

Y si, a veces me sumerjo como anónimo,
entre masas de gente que no me conocen.
Escucho, observo,
y me dejo sorprender por algún hola inesperado.

Mi cara no necesita mucho para sonreír.
No necesito mucho para volver a recuperar.
Solo un poco de tiempo.
Nada más.

Y en 500 años me seguirán leyendo.


viernes, 13 de septiembre de 2024

viernes, 23 de agosto de 2024

LA VOLATILIDAD TEMPORAL DE LAS AMISTADES - Poema de Las Crónicas de Ava (Alvaro Villa André)


 

LA VOLATILIDAD TEMPORAL DE LAS AMISTADES


Con los años y la experiencia aprendes,
que muchas cosas en la vida tienen su fecha de inicio,
y un tiempo de conclusión.

Las amistades no están exentas de ella.
Algunas duran ciertamente toda la vida.
Otras, tuvieron un significado e importancia especial para ti.

En ocasiones no encuentras explicación de porqué algunas amistades
simplemente se diluyen en el tiempo.

Y no lo dices con ánimo de rencor, solo intentas averiguar,
saber, entender.

Miras el rio del tiempo y comprendes que a veces las personas
simplemente tomamos caminos diferentes,
y lo llegas a aceptar, porque tú también estás en ese trámite.

Piensas en los buenos tiempos que has pasado con esas amistades,
lo agradeces en tu corazón,
y aunque ahora no estén en tu línea del tiempo y actuación,
tal vez en un futuro indeterminado,
los caminos se vuelvan a cruzar.

Debes aceptar que cada persona tiene su trayectoria.
Quedan los recuerdos,
de esos buenos momentos que tuviste.  

Palabras sencillas y fáciles,
para entender que lo bueno vivido
y apreciado.
está por encima del resentimiento.

Es el núcleo de un corazón despejado.
 

miércoles, 21 de agosto de 2024

LA INFANTILIZACIÓN DE LA SOCIEDAD - Poema de Las Crónicas de Ava (Alvaro Villa André)

 


LA INFANTILIZACIÓN DE LA SOCIEDAD


Se suponía que tu vida era tuya.
Pero para eso tenías que ser responsable,
y asumir las consecuencias de tus decisiones.

Quitar el miedo al fracaso,
y experimentar lo que es hallar con el tiempo
el camino de las cosas que se te dan mejor.

No te conviertas en un conejo angustioso
que solo espera a que Papa Estado tome
el control absoluto de tus decisiones.

Mejor no pensar. ¿Verdad?
Mejor es  no preocuparse,
para no tener el insoportable peso de tomar la iniciativa.

Esperas como un ser viviente en disminución,
a que unos legisladores del congreso,
que ni en su puta vida se han manchado las manos,
ni han pisado calles,
te transmitan las próximas instrucciones.  

Si confías en ellos, estás listo.  

Es casi imperceptible,
pero con precisión te gotean
dependencias  en tu consciencia,
y tu vida se atonta, se atrofia,
va camino a la insignificancia.

Ya ni protestas, ya ni te rebelas,
no vaya ser que te estampen la “Etiqueta”.

Hubo un tiempo, en que esas etiquetas
te las ponías como medallas,
y no te importa decir lo que pensabas.

Hoy veo ríos de personas repitiendo consignas como zombis.
Llevan baberos invisibles,  donde se humedece
su muerte silenciosa.



lunes, 19 de agosto de 2024

ESCRIBES PARA NO ABANDONARTE - Poema de Las Crónicas de Ava (Alvaro Villa André)

 


ESCRIBES PARA NO ABANDONARTE


Si es cierto.
Piénsalo un poco.

Escribes para sentirte vivo y no recoger la toalla del abandono.

Imaginas cosas y las tecleas con palabras fluidas,
que te entran como una de esas películas a lo Chaplin de la década de 1920.

Sueñas despierto,
o mejor dicho,
tienes visiones de un futuro posible y tu piel se te pone de punta
al sentir esa brisa llena de esperanza
y ese aroma tan particular de estar vivo y respirando.

Pintas con palabras acuarela lo que te dejaron los años 
manchados con recuerdos de lo bueno y de lo malo.

Esto es escribir lo que te sale en gana,
lo que te pide el corazón,
o lo que te provoca levantar el puño por las injusticias que has vivido,
sin permitir nunca que el odio se enraíce en tu ser,
y te haga perder lo que eres.

No rindes culto a nadie, 
ni a ideologías desfasadas, ni a correcciones melosamente sugeridas
por caras artificiales sonrientes,
que proyectan hipnosis colectiva
a través de las pantallas.

Bien podrías ser  un embajador de las estrellas,
y aun así sentir,
que esta humanidad todavía no está perdida
y puede ser recuperada.

Cierto es,
que escribes para no abandonarte y
evitar convertirte en estatua de sal insensible.

No olvides esto,
tus manos van unidas a lo que tus sentimientos y mente te proyectan.

Tus pies van unidos a no querer nunca
dejar de ver,
a lo que hay detrás del horizonte,
donde crecen los arboles de los mundos sucesivos y posibles.


martes, 13 de agosto de 2024

COSAS DEL SEXO, DE LA VIDA Y DE BESOS INCENDIARIOS - Poema de Las Crónicas de Ava (Alvaro Villa André)


 

COSAS DEL SEXO, DE LA VIDA Y DE BESOS INCENDIARIOS


Ya te digo,
hay que estar con las hormonas a tope y a punto de reventar
para liarse en pleno “calorazo” de agosto.

Pero así somos los humanos,
no le busques lógica, 
no pienses en los miembros desinflados,
después de darte un banquete corporal.

Los besos son incendiarios,
es primero una lengua, luego otra,
y el querer más y más con manos recorriendo las delicias capitales
del cuerpo.

Un ventilador a la derecha, otro a la izquierda,
y ya puede derretirse el sol en la calle,
esto no hay dios artificial o imaginario que lo pare,
y lo sabes muy bien.

Se mezclan y conjuntan centilitros de sudor
y los cuerpos
resbalan de fábula.
como una maquinaria industrial engrasada
que fabrica preservativos a millones.

Todos los utensilios nos son útiles,
vibradores, fetiches, sonidos la mar de sugerentes,
y que te hacen correr la maratón hasta el final.

Sexo entre persianas bajadas y sabanas empapadas,
besos con picardía para llevarnos más allá donde
ninguno de nosotros ha estado antes jamás.

Y os preguntáis. ¿Qué pasó con el final?
Eso amigos míos y amigas mías no os lo voy a desvelar.
Para eso ya tenéis vuestra imaginación y propia experiencia.
¿Verdad?



domingo, 11 de agosto de 2024

LOS MUNDOS DE ADRIANA - Poema de Las Crónicas de Ava (Alvaro Villa André)

 



LOS MUNDOS DE

 ADRIANA

 

¡Dime Adriana!

¿Dónde está aparcada en tu jardín la nave dimensional que te trajo hasta aquí?  
Me enseñas los cielos y yo también hace tiempo me hago preguntas sobre  lo que nos rodea.
Me hablas de ondas dañinas y otras que atraviesan el espacio etéreo. Y aunque algunas cosas parecen no afectarme, si comprendo que a otras personas si les puede afectar.

Generar empatía, escuchar, ver visiones en las palabras que me estás contando.

¿Recuerdas  como hace tiempo estabas sepultada bajo toneladas aparentes de medicamentos y atontamientos?
Con el tiempo conseguiste liberarte cada vez más de ellos,
la naturaleza entro en tu caminar.

Al principio tus ojos los veía apagados, como mudos,
pero aún tenías esa sonrisa innata que es imposible de narcotizar.

Tus ojos revivieron, la luz se hizo más intensa,
y culminaste en ese abrazo fulminante que me diste para susurrarme que te habías liberado.

Nunca te vi payasa,
aunque te impusieran una nariz roja de plástico
para parecer graciosa en un círculo de apariencias fingidas.

Cuando te hablan de cosas que no se pueden ver,
no significa que no existan.
La ciencia no puede explicarlo todo.
La ciencia de hoy no está al mismo nivel, que la que a habrá dentro de mil años.

Contigo aprendí a no prejuzgar,
a escuchar, a imaginar, a reflexionar.
Y si no lo entendía,
lo archivaba de momento en un cajón interior para posteriores ocasiones.

Desde el futuro inmediato,
desde el presente continuo,
no dejes de hablarme de vez en cuando de tus mundos,
los mundos de Adriana.