Rodar y
arrastrar las escasas ganas que quedan por hablar.
Se que algunas revoluciones comienzan con un pequeño detalle,
pero hasta entonces siguen cayendo toneladas de girasoles quemados,
y lo peor es que me hago insensible,
de veras.
Las bajadas,
ya las espero, las subidas las vivo,
lo que duren,
y no quiero pincharme con el bolígrafo para quitar el dolor que sabe a “Te
quedas solo”.
Una buena amiga
es como una familia,
y si hay un beso por medio,
el día queda marcado heroicamente.
No mido si mis acciones agradan a unos y joden a otros.
Seamos claros.
Pintan bastos,
y a veces también siento mi espalda tocada con manos de miel.
Me han dicho más de una vez que no me entienden.
No se me ha olvidado. Mi ceniza no es de aquí.
Errante y valiente. Camino igual,
con parálisis y espasmos que dejo en los pasos de cebra.
Tengo
labios que proyectan y no dejan engañar,
encuentran
los senos precisos que me aceptan y quieren.
Dejar mi
legado sobre la faz de esta tierra necesitada.
Me duele
profundamente cuando por razones minúsculas
mandamos a
la mierda a las personas que mas queremos.
Si, así de claro.
@ Las Crónicas de Ava