Este es el fin
Cuando creen que atentar contra convicciones religiosas
es de lo más progresista que puede haber,
ellos mismos se habrán marcado en su espalda
la cruz de la intolerancia.
Cuando exclaman el grito del “No a la guerra” a los cielos derrumbados,
y callan vergonzosamente cuando sus vecinos están siendo aniquilados,
este es el fin.
Cuando patrullan orgullosamente defendiendo el Arco Iris,
¿Quién defiende a las personas grises sin glamour público
y afectadas del bloqueo y olvido institucional?
Cuando llenas el carro de la compra con víveres y caprichos,
que son 20 céntimos que podrías dejar en la mano del que te pide.
Dentro de un año podrías ser tu el que estuviera vendiendo prensa social ante los semáforos.
Y los cuervos toman su sitio en los tendidos eléctricos.
Esperan comerse las falacias que dejamos detrás de nuestras orejas sordas.
Sensibilidades aturdidas y atrapadas en ideologías vanas y afiladas
que destripan los restos de humanismo que pueden quedar.
El raciocinio y el perdón es un peligro.
Quien quiera salvarse,
que acuda a las calas escondidas de las costas desmemoriadas
donde aguardan los botes salvavidas que nos llevan a una Tierra aún no derrotada.
@ Las Crónicas de Ava
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