Cada cuatro años,
después de un mundial, surge algo
Los labios ya no están pixelados y la boca emite vocablos reales,
y yo te diría:
“Esto es lo que te hace sentir”
En este desayuno cómplice,
no se anhela
lo que uno no tiene,
más te diría:
“La apariencia es un escudo y detrás de ese escudo
muerdes la fruta a gusto”
Cuando me canso de predicar
un mundo sin fronteras,
dejo de tirar del carro durante el rato que estoy contigo.
Y tu me añades:
“Cuando vienes, dejo de escuchar el
sufrimiento y dolor en todos sus ángulos
de todos los desesperados que se me acercan”.
No importa
si con la misma forma u otro color,
se hace, se sale, nace.
Cada cuatro años si.
vivimos veinte milagros en ochenta años de vida.
@ Las Crónicas de Ava