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Hoy es uno de esos días,
una de esas noches,
que no están hechas ni hechos para las palabras escritas
y la fluidez de la mano redactora se minimiza
a la lentitud de la niebla que se posa en la calle mojada del asfalto.
Mira,
dejo el bolígrafo,
aparto el teclado,
en vez de eso acércate,
hablemos de todo lo que leímos
en semanas pasadas,
en insinuaciones entendidas.
Me hablaste de tu dolor
que te recorre los pensamientos
hasta tú caminar.
Agarra mi mano y camina conmigo,
y el dolor se desvanece en su recorrido hacia el suelo.
Es cierto que el mundo está lleno de injusticias,
y no menos desesperante puede ser en ocasiones tu vida compartida
con seres de un amor consumido en distancias crecientes.
Pero ahora me presento,
te reclamo,
y no deseo escribir,
solo hablarte con entusiasmo.
@Ava
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