No somos muy diferentes a los árboles.
Primero la semilla, nos arraigamos, nos asentamos.
Luego nos estiramos a la altura, un lugar bajo el sol entre otras coronas llenas de hojas.
La corteza se nos endurece, pero sangramos igual ambar del valioso.
Si no nos tallan, crecemos, si no nos queman damos frutos.
La vida secreta de los árboles, tan cerca unos de otros, el suelo es el mismo.
@Ava
UN ABRAZO DE LOS DE ANTES
Hace 8 años
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