ANCIANIDAD - Video Poema de Las Crónicas de Ava de Alvaro Villa Andre
En la voz de Yolanda Vaquero Parriego
ANCIANIDAD - Video Poema de Las Crónicas de Ava de Alvaro Villa Andre
En la voz de Yolanda Vaquero Parriego
QUERÍAS MEJORAR LA VIDA DE LA GENTE Y TE PERDISTE
Te conozco de casi toda la vida, y te consideraba mi amigo.
Hace 5 años te metiste de lleno en la política.
Yo te desee suerte y te anime que si eso era lo que querías,
pues adelante, que defendieras los principios en los que creías,
sin perder tu humanidad y equilibrio.
Han pasado los años y tu ibas subiendo dentro del partido,
asumiendo cada vez más responsabilidades.
Cuando te escuchaba hablar en algún mitin te sentía muy diferente.
Observaba ese odio que transmitías al referirte a tus adversarios ideológicos.
¿Dónde estaba el respeto al disidente del que me solías hablar a menudo?
En
ocasiones te veía votar por cosas, en las que antes no creías.
Luego supe que estabas obligado a votar por los mismos postulados que el
presidente del partido había dictado.
¿Dónde estaba tu libertad de conciencia y el libre albedrio?
¿Te habías convertido en esclavo de una maquinaria partidista que exige obediencia
completa al líder supremo?
Tu yo,
al servicio del colectivo.
Tu yo,
diluido.
Tu yo, desaparece,
para dar paso a los ensayos de como sonreír
para ocultar una mentira.
Tu yo,
cambiado, pero tu voz anti natural te delata.
Cambiaste tu afán por querer aportar soluciones para la gente,
por más charlas y charlas sin sentido.
No respondías a las preguntas de los periodistas,
y se te daba muy bien torear con evasivas o con un “sin comentario”.
Te empezaste a rodear solo de aquellos que te hacían preguntas para masajear tu
ego.
Salías
a la calle de las manifestaciones televisadas para celebrar los acosos del
pueblo contra tus adversarios.
Pero
cuando el pueblo se volvía contra ti, no hablabas con la misma moneda,
y proliferabas insultos a lo que considerabas una chusma inmunda acosadora.
En el fondo sentía tristeza por ti.
Quizás estarías harto y cansado de todo el circo en cual te habías metido
y no veías forma de salir de allí.
Quizás anhelarías de poder regresar a esas cervezas que nos tomábamos los
domingos
en el campo de fútbol de nuestro equipo de media vida en Tercera División.
Desde
luego, si vienes, te invitare a una ronda.
ANCIANIDAD
¿Quién no
piensa en qué condiciones llegara la ancianidad?
Debo reconocer que me impacto la pérdida de memoria de mi padre.
Pero con el tiempo aprendí a tratar con ella.
Aprendí la importancia de hablarle, de tocarle.
de observar sus ojos que parecían agujerar
los míos.
Y cada
abrazo era como una carga de energía de querer mucho a mi padre.
Era como una despedida alargada a través de los años.
Mi querida amiga Yolanda también supo de ello.
Observaba el cariño con la que trataba a su madre,
y cuando iba a visitarla me decía: Mira que chico más guapo.
En la residencia Pablo se levanta cada día a las tres de la madrugada.
A sus 90 años, confunde a la cuidadora con su hija.
Cuando le pide a la cuidadora que le ponga un gorro en la cabeza
para poder acostarse de nuevo, acaba diciéndole “Gracias Mami”.
Los últimos años de la vida son el regreso a la niñez al revés.
Los últimos años son la oportunidad para el resto de la familia
para acompañarles el resto del camino con mucho amor.
Los últimos momentos de su vida el momento preciso para agarrarles la mano
y cantarles esa canción que siempre quisieron.
Los últimos momentos es nuestra oportunidad para agradecer a ellos la vida que
nos dieron,
la lucha que tuvieron por prepararnos para que tuviéramos las oportunidades que
algunos aprovecharon.
Y el
silencio llega,
se inicia la partida de lo que fueron,
su energía se va,
Y queda la carcasa que habitaron durante toda su vida.
Cada uno se despide a su manera.
Con besos en la frente o con llantos apoyados en otros familiares cercanos.
Otro simplemente se van, no tienen fuerzas para estar allí,
o la indiferencia o el rencor acumulado durante años
es tan grande que ya no pueden sentir nada
Y la próxima generación en irse seremos nosotros.
Y así sigue desde que la Tierra es Tierra,
desde que el Cielo es Cielo y nos
transmite un sentimiento de consuelo.
Los días se suceden,
nos quedan nuestros hijos e hijas,
nuestros esposos y esposas,
nuestros amigos y amigas,
y todo lo que apreciamos.
No seamos ahorrativos en muestras de cariño,
rellenemos con abrazos y felicidad los libros de sus vidas,
con apoyo y amistad,
para que en el día señalado se puedan
llevar de nosotros
lo mejor que pudimos darles.
Nuestro tiempo y amor,
nuestra amistad y apoyo.
nuestra comprensión y paciencia.
Vida plena, gracias.
CARTA A MI PADRE
Hola
Papa.
Hace más de un año que te fuiste y sigo recordándote. No me es fácil escribir
esta carta, pero quiero dirigirte algunas palabras y emociones que sentí cuando
te fuiste.
Llegue a tiempo con Rosa desde Granada para acompañarte a ti y Julia la última
noche en el Hospital. Yo estaba satisfecho por haber llegado a tiempo.
Tú estabas sedado, con los ojos cerrados y respirando con dificultad. Te
agarraba la mano y te ponía mi otra mano en tu cabeza y empecé a hablar contigo. Quería que no te preocuparas, yo estaba
bien. Interiorizaba en mis pensamientos
las palabras e imágenes necesarias para desearte un buen traspaso de
existencia. Te decía que ibas a conocer
mundos e dimensiones increíbles para poder iniciar tu andadura de viajero.
Yo ya hace más de dos años me había preparado para tu despedida. Tu habías
perdido poco a poco tus recuerdos, pero cada vez que iba a verte, y aunque no me conocías,
yo estaba feliz por estar contigo y que sintieras mi contacto y mi voz. Los 9 meses que pase cerca de ti me
ayudaron a comprender la perdida de tu memoria. Estaba cerca de ti, y era lo
que importaba.
Siempre estaré agradecido a Belén y Mari por cómo te cuidaron en tus dos
últimos años, fueron como unas hijas para ti, y Julia, tu mujer, siempre
pendiente de ti, y para mí fue como una segunda madre.
Esto no
es un escrito de palabras elocuentes. De cierto tuviste tus fallos y errores.
¿Pero quién no los tiene? Yo nunca le puse
demasiada importancia a eso. Fuiste un padre para mí, aún en la distancia, y en
las épocas que pude visitarte.
Me enseñaste el valor del esfuerzo, y de la constancia. A veces hubiera deseado que hubieras venido a
verme, pero no pudiste, o no tuviste las condiciones. Era parte de tu
personalidad y ser, y así al final me lo tomaba.
Ya
viajaba yo lo suficiente por los dos.
En tu último amanecer yo no hacía más que tocarte la frente, acariciarte y
hablarte. Te fuiste en compañía de tu
familia, y ese hecho es para estar feliz. Nadie se merece morir solo. Y te fuiste, en paz, iniciando un viaje que ni
me puedo imaginar.
Manuel Villa Fuentes, mi padre, con cariño y orgullo siempre te recordare.
Gracias por ser mi padre en esta existencia.
Tu hijo que te quiere.
VEN CONMIGO
A LA LUNA
Hace semanas
que te veo triste,
medio apagada y arrastrando tu vida a duras penas.
¿Quieres sentarte conmigo ahora mismo en la Luna?
¡Si, lo digo en serio!
Coge mi mano, cierra tus ojos.
Mira, te he llevado a mi cumbre favorita en el Mar de la Tranquilidad.
No temas, no nos pasara nada. Alrededor de nosotros he creado una capa
invisible de protección.
Presta atención. No se escucha nada aquí arriba.
¿No es maravilloso este silencio?
¿Ves delante de ti?
Esa preciosa bola azul suspendida en medio de la nada.
La Tierra.
Nosotros
nacimos allí.
A veces, cuando estoy en fase descendente,
cierro los ojos como antes,
cuando te cogí la mano,
y me traslado aquí.
Tú me importas, eres mi amiga,
y quise transmitirte este secreto
de como trasladar por un rato
tu consciencia a la Luna.
Cuando miro la Tierra desde aquí,
me vació de todos los pensamientos perjudiciales,
no dejo lugar para que las posibles semillas de rencores y odios puedan
arraigar
y prosperar.
Vacío mi mente y regreso a mis orígenes.
Y si, funciona.
Por eso te he llevado hasta aquí.
Mañana inténtalo tú.
LAS CARTAS QUE ME
TOCARON AL NACER
Si me remonto atrás en el tiempo,
todo lo que recuerdo es que siempre me
toco tirar adelante con lo que tenía.
Fue una casualidad que naciera así,
digamos que las matemáticas no estuvieron muy a mi favor.
Pero estas fueron las cartas que me tocaron al nacer.
Una parálisis cerebral, así lo llamaban.
Y entonces empezó el juego.
Tuve unos padres maravillosos,
hicieron mucho por mejorar mis condiciones.
Operaciones allí, operaciones allá,
y una cicatriz que me quedo de por vida en el talón de aquiles.
Pase la niñez, la pubertad, jugando al fútbol con otros niños,
en ocasiones parando balones en forma de comentarios imbéciles referente a mi
cojera.
Pero eso no me hacía más débil, ni me echaba en el rincón de la timidez.
Aprendí a contestar, a ignorar si hacía falta,
a seguir mi camino a una vida lo más plena posible.
Pero también debo decir que recibí mucho apoyo,
de amigos y personas que me llegaron a conocer tal cual era,
sin chorradas, y a lo puro.
Llegaron las lluvias del despertar sexual,
con curiosidad exploraba,
y recuerdo los besos que me enseñaron a besar.
Del resto,
mi cuerpo y aura supieron responder.
Descubrí la poesía, el baile,
y todas las diferentes artes que me podía imaginar.
Confieso que me gustaba el arte de poder seducir.
Algunas veces con éxito y otras simplemente pasaba página
y aumentaba el saco de la experiencia.
Nunca me sentí identificado con aquellos,
que utilizaban su condición física o
sexual para lanzar un discurso victimista tras otro.
Yo estaba muy alejado de ello,
en parte por orgullo y en parte por amor personal.
Me producía satisfacción los logros de mis esfuerzos y trabajos.
Ser uno más, conviviendo dentro de una sociedad con personas diversas,
con diferentes capacidades.
Pero no me sentía parte de ningún colectivo, de ningún lobby,
me gustaba mi individualidad,
me gustaba probar y experimentar.
Creo que por esa mezcla de auto superación y descubrimiento
sentí tan mía y cercana la música conceptual de Mike Oldfield.
Cuando me encontraba con alguien que no sabía muy bien
si tratarme con guantes de seda o con corrección milimétrica ,
pues decía que venia del Planeta paralitico, y que estaba aquí para estudiar a
la especie humana.
Era para crear ambientes de cercanía y que la naturalidad floreciera.
Ese humor, y ese natural desparpajo
me ayudo a desarrollarme como ser humano desacomplejado.
A pesar de la calidad calamitosa de los políticos que nos gobiernan,
siempre pensé que la humanidad
sigue teniendo un gran potencial espiritual y emocional
para crecer y mejorar.
Sigo creyendo en esa parte de la humanidad que no
entra en la histeria colectiva del enfrentamiento
provocada por la clase dirigente y los poderes ocultos.
Tengo la suerte de estar aquí,
de poder vivir esta evolución,
de poder aportar mis porciones de empatía y comprensión
para lograr entre muchos de mis contemporáneos,
que algún día las estrellas más cercanas
puedan estar a nuestro alcance.
Desde un ocho de junio de 2024 saludo a las
futuras generaciones.
Nadie pertenece a nadie.
Se esta por elección, por querer, por crecer.
Incluso por tropezar juntos de vez en cuando,
para que el que se levanta primero,
pueda dar la mano al que aún está en el suelo.
Tú y yo sabemos que no queremos ser esclavos
de las tradiciones infiltradas en las mentes colectivas.
No es tan difícil entender que un corazón
expandible jamás se va a dejar encorsetar.
Convivimos, nos queremos,
pero nunca hemos tratado de sabotear los espacios personales
que cada uno necesita para crecer.
Ese respirar libre en ambientes favorables,
imprescindible para el crecimiento personal y creativo.
No aspiramos a ser unos supuestos seres superiores que miran con aires de alteza a los demás.
Con nuestras mezclas de claridad y oscuridad,
pretendemos conocer nuestros límites y posibilidades
y dar a nuestro entorno una mejor y consciente versión de nosotros mismos.
Sin rencor, sin odios, sin entrar en los flujos de los conflictos
deshumanizados.
Conocemos la importancia de conservar nuestra sonrisa primigenia.
El
hábito del abrazo, las palabras afines, los territorios nuevos.
Llevar con dignidad las personas que deciden dejarnos,
te acercan con el tiempo a ser un maestro del equilibrio emocional.
Sean las circunstancias que tengamos,
nuestra libertad no es una utopía,
a pesar de las dificultades y los límites que nos rodean.
Nuestra libertad se gesta en nuestra mente y se manifiesta en nuestra actitud.
Lo dicen incluso aquellos sobrevivientes,
que vieron el mar y las gaviotas en los charcos de barro y agua
de los campos de reeducación.
Recuerdo las palabras de uno de esos sobrevivientes:
Podrán aplastar y apalizar nuestros cuerpos,
pero jamás hacerse con nuestra mente si nos mantenemos firmes
Y te digo aquí y ahora.
Me gustaría aguantarte la mano hasta que te vayas a un sacro superior,
o que me aguantaras mi mano si me adelanto a tu partida.
AUTOÁNIMO
Sentirte vivo y desarrollarte como humano
pensante y creativo,
sin tener que plagiar a nadie,
es el mejor regalo que te puedes hacer a ti mismo,
y a los que te aprecian y acompañan en esta vida.
Esta clase de alegría es algo inmaterial,
es un factor humano imprevisible,
que no surge "ni de coña", de momentos programados.
Tira adelante con los recursos que tienes.
Si son pocos,
utilízalos convenientemente.
No te quepa duda que tu capacidad de improvisar los multiplicara
y aumentaran en valor.
Y como escritor no tienes nada que
demostrar.
El disfrute no se mide en resultados, sino en satisfacción.
Cambia para mejor,
y si los cambios que has hecho no dan resultado,
al menos te llevas la certeza que esa vía no fue la adecuada
y puedes cambiar de rumbo siempre que quieras,
siempre que lo necesitas.
No te autocastigues por decisiones erróneas
tomadas.
Dicen que el Mar es frío,
pero allí se encuentra la sangre más caliente que existe,
la de las ballenas.
Tú no eres menos.
Ya quedo atrás el tiempo donde te sentías muerto,
como una transparencia en proceso de disminución,
cada vez que te veías en el espejo
En vez de pensar que estás perdiendo
personas y relaciones continuamente,
míralo como si esto fueran entradas y
salidas ocasionadoras de chispas vitales importantes,
sin tener que caer constantemente en un hoyo que no te suelta.
Si, son fases,
no despedidas ni permanencias planas.
EL TRAMO DE LAS TRISTEZAS PROVISIONALES
Si tuviera que describir esta tristeza que
me está atravesando todo el día,
estoy seguro que no encontraría palabras
en ninguna civilización imaginaria,
ni del pasado, presente, ni del futuro.
Sé que es provisional, pasadera, siempre me lo digo,
la tristeza me la soporto, sabiendo que en algún momento se disipara como humo
de una cerrilla recién apagada.
Tengo pareja, tengo amigos, y no sé si tengo un Dios, o una fuerza energética que
pueda explicar todo lo existente.
Aun así, estoy triste, apagado,
Este mundo tiene tantas historias bonitas para contar,
pero en contrapunto también me encuentro con muchos odios desenfrenados que buscan
enfrentar a la gente por una ideología, por una creencia, por un escudo que
luce en alguna camiseta.
Y que penoso y desastre de la humanidad es,
cuando por esas discusiones venidas a más
se rompen familias, se matan hermanos, y se da de comer a los instigadores que
se frotan las manos contando las victimas de sus tramas.
El piano de un artista recién localizado en las redes me calma,
me transporta por ondas etéreas que ayudan a acariciar un corazón venido a
menos.
Es solo temporal, esta tristeza, lo sé, insisto,
y lo dice alguien que fue parido con una maquinaria atómica para superar sus
condiciones físicas.
Mañana volveré a ver el sol,
mañana seguiré sin poner Telediarios que nos proyectan hologramas con hilos de
medias verdades,
mezclados con colores atractivos de
mentiras repartidas.
Vosotros, queridos lectores y seres
sensibles,
ya conocéis esta sensación.
Es algo que se va, pero mientras tanto
hay que atravesarlo.
La tristeza,
parte de la condición humana.
Personalidad autosostenible
Se puede salir reforzado del matadero de los corazones rotos.
Y a los que no: Pues a vivir como desgraciados.
Elige.
Y si amas a alguien, haz que lo sepa,
pero no te quedes estancado.
Hay mucho por conocer.
Lo digo por mi naturaleza de jugador.
No me van las situaciones cerradas.
Necesito un margen de movimiento.
Y si, a veces me acuerdo de ese café que no tuvo lugar.
Quería compartir tantas cosas.
Pero la vida sigue.
Que sepas que la felicidad es una dirección, no un lugar.
Ciertas cosas de la vida son de Oro,
otras de simple barro que se diluyen con la lluvia del tiempo.
Y a vosotras, las mujeres, os puedo decir:
Descubrid a hombres que os hagan reir.
No me temas por ser hombre,
únete mejor conmigo contra los violentos y violentas.
Sonrio al pensar en los miles de planetas de nuestro vecindario
y justamente me tocó vivir en uno,
donde hay un Mundial de Futból cada cuatro años.
¿Y que hacer con esos silencios?
Pues a llevarlos con dignidad,
Aunque por dentro uno esté más quemado que el carbón.
Dicho a saco:
En la dureza la pureza,
en el triunfo la satisfacción,
y en la caída la recuperación.
Poema de Las Crónicas de Ava (Alvaro Villa André)
Que son solo 4 años luz hasta la próxima estrella,
si en un plis plas de pensamiento puedo estar ahora allí contigo.
¡Ya sabes!
Un "Te Amo" dicho con las hormonas a tope,
es más volátil que el crack Bursátil del 29.
Te escucho susurrar por la noche.
Es tu forma de regar las plantas
para que puedan crecer
y crear sueños en silencio.
Contigo laa felicidad es una dirección,
no un lugar.
Casi 10 años pasaron,
desde que en esa cafeteria de un día lluvioso
iniciamos una sucesión natural de
tutearnos en palabra y cuerpo.
Recuerdo nuestro recorrido.
Y continuamos caminando.