Escribir desde las vísceras esta adherido a uno y es imposible perderlo.
Es como coger la bicicleta después de 20 años,
sin que te hayas olvidado a pedalear y avanzar con equilibrio.
También las manos vacías y las bocas selladas
dicen mucho más que S.O.S. lanzados a la desesperada.
Me he puesto el pijama,
el que cubre piernas y mecanismos de autoprotección.
Contra los achaques mucho cariño,
contra las facturas mucha constancia,
contra la soledad mucha iniciativa,
mañana prometo que no saldré sin dar gracias al aire.
Desgarras con un cuchillo la piel de las patatas-palabra por consumir.
En agua hirviendo,
tu alimento y el corte profundo que se cierra a base de actividad.
Una amiga hoy.Un amigo ayer.
Una Rosa a la que siempre querré y cuidare.
Inconvencionalmente vivo. @ Las Crónicas de Ava
Escucho a un amigo hablar.
Me cuenta lo que sus ojos ven de mi,
me cuenta lo que otros percibieron de mis estancias entre ellos,
me cuenta que tal vez inconscientemente,
actuó como actuó.
Me pongo a pensar,
a bucear dentro de mis acciones.
Egoísmo, autoprotección, supervivencia,
caminar y caminar.
Nunca me he creído peor ni mejor que los demás.
Agarro la taza y le sigo escuchando.
He tratado de prestar atención a los demás,
he tratado de renunciar a momentos que me apetecían
por estar con ellos o aquellos porque sentía que tenía que estar allí
o me necesitaban.
Haga lo que haga,
siempre van a aparecer voces denunciando mis procedimientos y actuaciones.
No les culpo. Agradezco saberlo.
Nunca quise ser mejor ni peor,
ya lo dije antes y lo repito como un mantra que sale de la sangre.
Quince añosde soledad no pasan
desapercibidos.
Quizás un retiro no me vendría mal
y vestirme con un abrigo de tierra para volver a cargarme de humildad.
Quizás, si le preguntara a un mendigo si me puedo sentar al lado de el,
él me contaría su vida.
Tal vez, si me cortara de nuevo,
meditaría lo veloz que se puede ir la sangre y la vida.
Publicar desde el fondo,
desde un relativo anonimato,
denunciar lo que me duele, confesar mis transgresiones,
tener valor para decir “Si, tenias razón”,
podría haberlo hecho mejor.
Amigos son escasos, conocidos varios,
y todos son apreciados,
cada uno en su medida, con sus circunstancias,
en la forma de coger un bolígrafo y firmar simpatía en mis brazos.
Recojo algunos escombros,
metidos en mis reflexiones.
No necesito bautizarme de nuevo,
pero me hace bien parar y meditar.
Mañana elegiré rumbo.
Parezco perdido,
creo.
¿Afortunadamente?
¿Que habrá en la página 45 de la nueva versión del calendario universal?
Cierro todo y me hago diminuto.
¡Llévame contigo pájaro no existente!
Si ese, con las alas negras.
Lo he visto, pero vosotros no.
El chocolate se deshace en mi lengua,
no para besar,
sino para sacar mi lengua desbancada.
Tengo una forma muy extraña de amar.
Ya os lo advertí.
Reviento, entrego, desaparezco,
y si has compartido mi libertad,
tú también desearas no limitarte jamás a la tierra
anclada.
Es mejor que fumar un porro,
es mejor que perder orgasmos en ratos que no recuerdas.
Por favor,
córtame con tijera la etiqueta que llevo al revés.
Es una XXL.
No quiero espacios reducidos. Por favor,
átame a una cuerda y hazme volar como a una cometa.
Si alcanzo la estratosfera,
haré caer una bola con el secreto del viajero de “entre vidas".
Es un borrador,
con chicle imaginativo pegado a mi oreja para susurrar la no rendición.
Me he reseteado algunas veces.
¿No lo entendéis?
Es un nuevo vivir y la piel se recicla.
Hoy seré compositor de sonidos astrales y de chacras gustativas.
Quiero una habitación vacía y dormir con los calcetines puestos. @ Las Crónicas de Ava
En sábanas moradas a estrenar
te echaste como palitos mikado
para que extrajera tus puntos de placer
sin que se cayera tu entorno,
sin que se derrumbasen los puentes
que te permitieran alcanzarme en mi isla oculta,
flanqueada por versos-minutos, por frases bohemias.
En abrazos de sexo-marea te revelé mis fotos del pasado,
aquellas en blanco y negro que permanecían solas
en mi recuerdo,
hasta que tus ojos retrocedieron conmigo todos esos años,
tú y yo en el mando de la máquina del tiempo.
La mirada-cremallera a un palmo de los labios,
aguardando con templanza y con dominio la entrega del momento de la revolución.
No olvidé Togo, ese alargado país colocado como un frontón
entre sus naciones vecinas,
no olvidé la mano mochilera que trata de dibujar el billete
para viajar, para hacer caso a la voz interna que pide distancia-bésame.
Y me alargué, como Togo,
para envolverte en papel aluminio invisible,
penetrante en destellos de placeres,
para ser protegida a la velocidad ultra sueño que te llevaban mis atrevimientos.
Conoces el peligro de un Poeta que rompió lazos con la nada.
Atravesaste mi doble mundo.
La proeza del cariño que cedo a la entrega delanimal puro,
las palabras-pergamino de orificios de oro
para entrar en las agujas de un Maorí expandido.
Y tuve tu vida en mis manos,
al tocarte, al liderar la rebelión de tus neuronas cansadas
para conquistar ese castillo-corazón que se puso a tu alcance.
Apriétame, golpéame, arráname, respírame, protégeme, adórame,
porque esa es la única verdad que puede hacerme tuyo.
con carga emocional.
Sin determinadas pautas inicio historias
para partirme
la boca y defender mis causas liberales.
Mato
poesía,
parto lápices,
me cargo a borrones palabras escuchadas con hartazgo,
aquellas como alma o corazón.
Desterradas con grafito.
Alzar la mano,
sin efectos cinematográficos de los años 40,
para crecer y decir verdades.
El siglo XXI me invita a declamar y anunciar
el derrumbe de la propaganda anacrónica.
Un trabajador es libre de querer ser lo quiere ser,
eso conteste.
No heredo etiquetas prefabricadas.
Las ideas pares e impares pueden mezclarse
y generar prole expansiva,
sin cargas de muertos o libros ideológicos mastodónticos. @ Las Crónicas de Ava
Con esta
escalada imaginativa
escucho el caos de las voces altas.
La fiebre
de la bufanda de algodón y sus respectivas caricias
deja sin argumentos a los fundamentalistas del amor prostituido y vomitivo.
Una vez que abro la boca
sale ese beso que te marca heroicamente.
No desestimo el abrazo que me une con las otras energías que recibo,
especialmente con tus senos.
Vivir los 40 y tantos como una confirmación.
Dormir, soñar y hacer.
Una acción conocida.
Tiro la muleta para caminar por encima del mar.
Puedo reducir o aumentar los pasos,
solo es una cuestión de corazón, voluntad y de a donde quiero ir.
Romper el bucle vicioso del día,
prescindir de lo que sobra es uno de los retos.
No habrá imprevistos ni zancadillas de duendes puñeteros
que puedan impedirme este viaje.
Sacar el diablo de lo que llaman alma
y estamparlo contra el papel al escribir versos sin freno.
para abrir los pozos de las palabras.
Me gustan los túneles,
con mariposas estrelladas en los bordes
y gusanos remolinos que me erotizan la mente
para sentir placer en dejarme caer.
La casa arruinada en el número siete de la Avenida Pérdida
es mi palacio y los periódicos de semanas anteriores
los convierto en una cama voladora donde dejarme caer extasiado.
Lo necesito,
la presión,
la leyenda dorada que me llevara lejos.
Quiero irme fuera de esta gris urbe.
Quiero vestirme con los colores del Valhala
y navegar en un barco de madera con una reina de ojos azules y rubias trenzas.
Clavado en mis venas una aguja dorada con un billete de ida
en el que ponía:
¡Estoy preparado para verte!
Corto las cuerdas y escucho a Hammock. @ Las Crónicas de Ava
Si algunos supieran callar y separar el veneno
que esos clérigos inyectan a las masas.
Ellos están asentados en sus tronos enraizados
con odio que vienen del subsuelo.
Y dicen que reciben la santa mano desde arriba.
Las nubes cubren a ráfagas los tres cuartos de Luna.
Mañana seré traicionada y vendida.
Los leñadores cortan la madera para preparar el festín
que se prepara en la plaza mayor.
Rezo a la luz y bebo agua recién caída de las puntas de las hojas.
El malva de mi vestidura atrae a las luciérnagas.
Invoco cada día la fuerza que me dio mi madre desde que nací.
Sus palabras fueron:
Agradece lo que se te da,
averigua lo que puedes hacer,
devuelve un décimo de tu corazón con acciones a los necesitados.
Mañana exclamarán ¡Bruja!
El Herrero gritara con la ola enfurecida,
llevada con maestría y mentiras por el inquisidor y sus lacayos voceros.
El Herrero bajara su cabeza cuando se encuentre con mi mirada.
Se acordara de que salve a su hija de perder una pierna con las artes
y sabiduría que me dio la naturaleza.
Y habrá más.
Iré descalza,
si,
pero no avergonzada.
Ellos me verán como la novia del desafuero.
Prendida, maldecida.
El fuego bailara con mi sangre,
y el humo llevará mis palabras a los árboles.
Querida noche,
querido silencio.
Os digo:
No me arrebatarán mi luz,
solo se harán con un cuerpo.
El frío no tiene nada de prudente,
es sigiloso, se extiende,
y primero sube por los pies.
De frías necesidades he construido una fortaleza
en la que se acumularon y fortificaron los años.
“Ojala todo el año hiciera frío”, y mi barbilla se hunde más en el abrigo polar
para arrastrar mis dedos por la pared del Parking.
Dejando Flashes.
Esto me hace sentir pequeño y realista,
en cualquier momento puedo quedarme tirado en una cuneta
o en un edificio hormiguero donde nadie conoce a nadie
y solo los buzones llenos claman que hay ausencias.
Asumido está,
el corazón late un millón de horas,
y a veces hay prorroga.
Siento amor por personas,
siento querer de verdad,
y cuando trazo líneas entre todas mis circunstancias
veo que algunos triángulos aún están fuera del alcance de mis pulgares.
Puedo ofrecer realidad,
la que es.
No pido cuentos de flores y margaritas, y ser sincero es un acto honroso por
dar.
Ser claro, es lavarte la cara, abrir la puerta,
y dar un abrazo a esa persona que hace horas que echas de menos.
Oscuridad mezclada con luz,
me queda carboncillo en mis huellas náuticas
para empujar lejos los Icebergs con riesgo de naufragio.
Hacer de este Sur un Norte.
¿Sabíais que las distancias
temporales pueden
ser un acto de Amor?
Uno más entre cuarenta y siete millones de ciudadanos.
Elegir doce palabras en un Instituto donde me invadieron las emociones.
Si, ayer fue.
Once meses maravillosos. He crecido, tu también.Juntos nos hemos hecho grandes.
En mi mano siempre sentiré ese apretón y las huellas no se borran.
No descarto nada en esta vida.
Hace unas horas supe que mi hermana sigue viva.
Mi ex me lo contó y Google me lo confirmo.
Y le di un abrazo,
que bueno es abrazar.
Pero aún no estoy listo para contactar.
Pronto espero estarlo.
Soy un escritor que se le escapan muchos acentos.
No es mi fuerte.
Por eso luego me pierdo en el supermercado para encontrarlos
en las barritas saladas que hacen “Crack” al morder.
Tampoco me siento vinculado infinitamente a los círculos literarios e
independientes.
Los frecuento de vez en cuando,
comparto,
y sigo.
Dejar y agradecer.
No puedo deciros donde voy a estar mañana.
Por favor no me lo pidáis.
Los dedos dejan de teclear.
¿Quién decide lo que es correcto, lo admisible, lo que se puede mostrar, lo que es permitido? Mírame pues.
Tengo barro en los tobillos, tengo miríadas de estrellas negras en mis ojos metralla y, por si fuera poco, no atiendo a los Top Trend de las listas.
Un zapato con tres rayas y una camiseta con cocodrilo, me dicen tanto como las habichuelas de tres días que deseché. ¿Por qué la gente se sigue casando en bodas tediosas, con invitados sudando colores en sus corbatas en un vano intento de encajar?
¡María! Niña descalza, aprieta tu pie en mi ombligo, álzame la mano y con pasión, te elevo sobre mis hombros, alerta como faro de la expansión creativa. Aún hay tierra que no sucumbió a la vanidad de los clichés.
No te apenes, amigo, no te caigas abajo, amiga, no dejes que las manos y los comentarios ajenos tracen tu camino. A ellos les importas un pimiento, pero a ti, te importa todo. Echa la manzana hacia arriba y mordisquea el aire que te da la vida.
Sé Dios personal que expresa bondad y amor para decidir. Vida, vida, vida... y dilo otra vez... Mi Vida. Sé Ángel que sabe seducir para vivir.
Tragaba para poder atravesar
el techo y llegar al Kilimanjaro
Tragaba una tras otra,
con agua y conenorme pesar.
Cada nueva pastilla era un paso más para ver
las nieves de un monte africano desde otra dimensión.
Con 17 años casi todo era intenso,
horrendamente amplificado,
como a un ciego que le pasa un cortacésped a diez centímetros
de distancia de su oído.
Aquella vez no pude controlar nada,
no podría apartar la decepción que sentía mi padre,
no podría soportar que me llamara traidor,
el dolor me paralizaba el riego vital.
Quería dejar ser parte de este mundo,
romper los puentes, romper los afectos,
romper los sentidos para seguir respirando.
Llego el colapso y me hundí,
la matriz materna se soltó, y una tras una,
tragaba,
apuntaba al corazón hundido.
Oscuridad y desconexión.
Abrí los ojos y el techo me atrapaba,
a pesar de sentir las piernas pesadas,
sentí un remolino en el techo que me atraía hacía el.
No podría soltar esa presión,
y cada vez que atravesaba el remolino del techo,
volví a caer al suelo.
No conocí, perdí.
No me levantaba, caía siempre.
La punta de la montaña helada,
leopardos blancos arañaban mi pecho sudoroso,
Bucles angustiosos,
duraron semanas,
así recuerdo la vez que intente romper.
Desde entonces la tengo pegada en mis letras,
algunas veces lo suelto,
otros solo me callo.
Vida mortífera, muerte agradecida.
Si salgo de la ciudad me matan.
No tengo alas para volar por encima de los soldados y tanques.
No soy invisible para desaparecer de las miras telescópicas de las
ametralladoras.
No soy rebelde, ni de la causa estatal.
Nací bautizado, supe del Corán, también de Buda,
pero no práctico ningún credo,
solo soy una persona con tripa vacía y huesos marcados en la piel
y tengo hambre.
Mis vecinos también.
Utilizamos sal para crear sustancias
que eviten la deshidratación.
He visto a muchos comer hierba y hojas,
yo lo probécon caracoles y otros
insectos.
Hace días que no se ve ningún gato o perro por la ciudad.
Es la escasez, el hambre.
Los niños solo piden un poco de dulce.
¿Señor Assad usted tiene hijos?
Somos puntos crucificados al borde de la frontera con el Líbano.
El mundo mira y cambia de canal.
Las banderas negras con círculos blancos se acercan y amenazan,
subyugan o erradican.
Ya tuvimos las esvásticas.
Casi todos creen tener la solución,
¿pero quién hace algo?
Un punto afinado de sensibilidad hizo la
diferencia
de que tú y yo termináramos en la cama
para subirnos a los barquitos de papel y navegar sobre mares de aceite y
fluidos.
Cuando desperté me di cuenta que estaba
abrazando una sabana de azúcar.
Tenía la boca aún con sabor a horchata del trago
que me di a las tres de la mañana
viéndote vibrar y mover en tu sueño de nata y sudor.
Si hablaran los hospedajes callados y
discretos,
muchas historias interesantes se contarían.
Que se lo pregunten a las huellas de los cuerpos húmedos
que han quedado marcadas en paredes y suelos,
Manos agarradas con gemidos vehementes
que se quedaron en la mancha insoluble de la sabana morada.
Después de eyacular, después de recibir, después de llegar, después de soltar,
me gusta meterme en la boca latidos de Kivi.
Su carne es la mejor y espanta a los transeúntes de Sosolandia.
No estoy para perder tiempo y energía.
Ciertas cosas son selectivas.
Por eso mis "Te quieros" van a ser
muy contados
y significativos este año.
No quiero entrar en el juego de la prostitución masiva
de las palabras de disparo fácil.
Para ello,
lo primero es hacerme practicante del silencio constructivo.
Lo segundo,
accionar la alquimia que emana de mis manos y pensamientos.