miércoles, 6 de enero de 2016

Poesía: Llenarme de ti y morder el Kiwi



Llenarme de ti y morder el Kiwi

Un punto afinado de sensibilidad hizo la diferencia
de que tú y yo termináramos en la cama
para subirnos a los barquitos de papel y navegar sobre mares de aceite y fluidos.
Cuando desperté me di cuenta que estaba abrazando una sabana de azúcar.
Tenía la boca aún con sabor a horchata del trago
que me di a las tres de la mañana
viéndote vibrar y mover en tu sueño de nata y sudor.
Si hablaran los hospedajes callados y discretos,
muchas historias interesantes se contarían.
Que se lo pregunten a las huellas de los cuerpos húmedos
que han quedado marcadas en paredes y suelos,
Manos agarradas con gemidos vehementes
que se quedaron en la mancha insoluble de la sabana morada.

Después de eyacular, después de recibir, después de llegar, después de soltar,
me gusta meterme en la boca latidos de Kivi.
Su carne es la mejor y espanta a los transeúntes de Sosolandia.
No estoy para perder tiempo y energía.
Ciertas cosas son selectivas.
Por eso mis "Te quieros" van a ser muy contados
y significativos este año.
No quiero entrar en el juego de la prostitución masiva
de las palabras de disparo fácil.
Para ello,
lo primero es hacerme practicante del silencio constructivo.
Lo segundo,
accionar la alquimia que emana de mis manos y pensamientos.

@ Las Crónicas de Ava

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