La montaña roja al lado del mar y
la amistad permanente
Los años
pasaron pero tu recuerdo todavía perdura.
Lo que
empezó como un descubrimiento enigmático
con
caminatas conjuntas por los jardines de la curiosidad,
culmino
en pequeñas eternidades en que los dos supimos estar
el uno
para el otro.
Siempre
me hablabas del poder del mar verdoso
y sus
pequeños milagros.
Siempre me
insistías en creer en tus propias capacidades
y no
cerrar la puerta a las oportunidades antes de tiempo.
Siempre
supiste repelar las voces contrarias que intentaron
asaltar
una y otra vez la torre de tu espíritu,
pero
fracasaron.
Si el
reír contigo fueron de las mejores risas de mi vida,
imagínate
los años que supimos demostrar la verdadera
transcendencia
de la palabra “Apoyo”.
Entre
tristezas de montaña rusa
y tus
triunfos de superación los años transcurrieron
sin
dejarnos huellas del cansancio.
Luego las
cortinas de los años venideros nos taparon
la vista,
las
huellas se volvían transparentes,
pero en
cierta forma nuestros recuerdos sobrevivían.
Has
pasado por mucho,
tu
montaña roja siempre a tu alcance,
la
coqueta mirada de tu encanto perfilándose en oro.
No
recortes tus rizos de simpatía,
tu galán femenino
con tus diseños.
Tu isla
es tu mundo,
y el
mundo es tu universo,
y si
llegarás a acariciar
el destello
de la estrella polar
tu
existencia perduraría.
@Ava