viernes, 19 de octubre de 2018

Abrazando un árbol dentro de la nada - Poema de Las Crónicas de Ava

Abrazando un árbol dentro de la nada

Muchas veces hable de la nada,
como si la conociera de toda la vida.
Y si,  a ratos la tengo pegada en mi respirar,
a  ratos  la nada me hace sentir inerte y tranquilo, 
como si estuviera en el reino de la calma en el centro de un  huracán,
y viendo como todo alrededor se cae en las garras de un mundo caótico.
Y si, la nada, debo decir,
es una forma de explicar, 
que hay personas que no sienten el amor como se esta proyectando en este mundo de espejos y cerillas quemadas.

Y si somos carentes de sentimientos,
tal vez pensad,
que estos sentimientos no se pueden visibilizar en esta dimensión,
igual que las ondas de radio pasan inadvertidas
para las puntillas de las hojas de los tréboles.
Escucho murmullos de los que sienten pena e incomprensión  por nuestra  inaptitud para sentir como ellos. 
Pero no tengo ganas, ni tiempo, ni guantes de tacto adecuado,
para explicarles porque soy a menudo invisible,
pero no triste.

Por eso muchas veces, la nada ha sido tan adherente a mi,
como una fruta adecuada para introducirme dentro de ella
y agarrar  un árbol  entre mis brazos,
 para dormir plácidamente
y hacer que brote todavía más la fuerza dentro de mi voluntad.

Esta es la fuerza del silencio,
son mis pasos metro atómicos que no me dejan en la estacada.
El hacha del nacimiento me ha partido así,
pero no ha podido romper la  línea sensible que me tiene conectado con varias  dimensiones.
Mis dos pies están firmes y de misión por esta Tierra  de noventa paralelos.

@ Las Crónicas de Ava

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