Esto es una mierda
¿Cuántas veces te lo has dicho
y te lo has tragado antes de soltar?
Te mordías los labios,
ya rayados de tanto suavizar lo que realmente querías expresar,
y aún así,
cuando las palabras pujantes se quedaban sin freno,
las cuerdas aflojadas de tu boca le daban salida
a tu Don temperamental.
Como glaciar emocional derretido,
te cargabas a todas las correcciones sociales y maldiciones por haber.
A pleno corazón y con rabia humana desbancada,
subrayabas con puño coraje y décimas de humor sobrante:
Esto es una mierda.
Cogías aíre y continuabas haciéndote más grande.
No había que justificar nada.
Absolutamente nada.
@ Las Crónicas de Ava
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