Cronicas de puerto
Mis pies son remos que me desplazan por tierra
colindante
donde las gaviotas cuentan de la soledad de los marineros
y
la incertidumbre de los mantas negras que tejan sus mujeres.
La estancia me hace parco en palabras,
los sobrantes caen como las escamas gastadas de las sirenas jamas vistas.
Barba de tres días,
esa cara que apenas cambio y se hizo mas bella
con los años.
Vida de sacrificio,
aquella que se come sobre mesas y
platos de madera
y te hace llevar el gorro con orgullo
con manos
marcadas y raspadas
por agarrar y tirar de la cuerda de mar y amarre,
por
arrancar motor y alzar velas y marchar.
@ Las Crónicas de Ava
UN ABRAZO DE LOS DE ANTES
Hace 8 años
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