Ciertas palabras, ciertos hechos agrietan el cielo
Las mentiras nunca supieron callar la verdad,
sus palabras agrietaron el cielo,
el sol negro entremetía sus millones de dedos en las hendiduras abiertas,
y la firmeza de los cariños, de la fe, del amor, del sentimiento nacido,
se derrumbaron en pájaros paralizados
en baños de alquitrán de los cielos petroleados.
Las criaturas del engaño tienen en su No Conciencia
empaladas en las ramas de bosques incendiados
a almas blanqueadas creyentes,
traspasadas al momento, al pinchazo,
muchas renacieron después,
de otras se sabe que se dispersaron en el olvido,
en la nada que de nada siente.
Los ojos marcados del disimulo eran las verdaderas miradas
que se ocultaban detrás de los ojos que aparentaban ver,
pero solo eran espejos sin contenido.
Las lujurias del cielo transmitido sienten muy bien la verdad,
pero tras ella no hay ninguna columna,
la consistencia de una respuesta sincera clama por su ausencia,
y los árboles de lo que sientes llegan a perder a las hojas, la vida,
y el viento se encarga del resto.
Un poeta habla de aquello y lo otro,
de transparencias recibidas, de realidades de tierras pisadas,
de barcos entrantes en tu corazón que te hablan mediante
pasajeros de la claridad pedida.
Hoy vi ángeles humanos bailar,
sobre listones de suelos madera, de natura directa,
besos y abrazos que eran de verdad,
criaturas de verdad.
@Ava