Daliano Practicante
En el reciente trasnocheo,
bajo la influencia del celuloide,
aparentaba que fuera héroe.
Esas inconfundibles huellas de los días en los cómics
condimentaban con cerezas imponentes mi adulto severo.
¿Muy crecido para lisonjear con irrealidades apetitosas?
Niego rotundamente la afirmación ortodoxa.
Arte es la esencia, la culminación en su punto.
Trajeado en colores por porciones
lo guapo expone sin pudor su pretensión.
En mi sana locura
las comparaciones con la masa circulante
son desechadas por incompatibles tendencias
en alta y baja.
Despilfarro verdadero anhelo por la paleta
por la simplificación de la complejidad,
¡Eugenio Salvador Dali!.
Plastificado en lienzo sea el “Daliano Practicante”.
Aquí no hay reglas y si llegáis a entender
apreciareis lo costoso que es
dar inspiración a las medidas del tiempo.
Esos pensamientos fluidos parecidos a las rosas lluviosas
se aproximan al cubismo
y si lo demostrado no revela la naturaleza muerta intencionada,
entonces la paranoia prosigue su curso
hacia nuevas formas.
Sin poder adivinarlo el pincel estructura
kilómetros de esquizofrénica lealtad
dirigida por impulsos cerebrales.
Que bello es intuir todavía
el descubrimiento de los espacios vírgenes del blanco tejido.
La línea recta geométricamente equivale
al brillo solar en la superficie de una manzana
encajada en la figura de una doncella.
Digo: ¡Dibujad a gusto y haceros merecedores del arte!,
y dicho con doble efecto recordad
que debéis buscar la belleza en cada día
como única respuesta razonable contra la crueldad mundial.
Los “Dalianos convencidos” rechazan favores condicionados,
sencillamente porque el presente no alimenta su creatividad.
Pintorescos paisajes en óleo
dan testimonio de épocas universales no establecidas
en la conciencia terrenal.
Y no es por menos,
ya hartos de doctrinas estatales
queremos ser ahora cómplices sin controladores ajenos.
Con lo puesto y el corazón en la materia e idiotez de la obra
te materializas en muchas preguntas y escasas respuestas.
Con el carbón del lápiz entran y desaparecen esquemas,
después el pincel como prolongación petroliferita
de tu mano remata el repertorio.
Colorín, colorado,
el telón desvela genialidades.
¡Miren, miren, hay para todos!,
desde Figueras hasta el Puerto de Santa Maria.
Un claro “Si” al bohemio desorbitado.
¿Cuántos somos en realidad?
Estadísticas extraoficiales avalan un porcentaje decimal
de su existencia.
Estas palabras mecanografiadas
no aspiran a daros excusas, ni disculpas.
En negro sobre blanco,
y en el fondo simbolismo de dibujante.
No cambio, ¡No!,
me doy como soy,
“Daliano practicante”,
ejerciendo con múltiples posibilidades
sobre personalidades y tierras.
Recuerdo y presento:
Esencia creadora de fragmentos lunares
y en la memoria ¡Dali!
@Ava