Los besos sabían igual
en ambos lados del muro
Crecí en una época en la que había un muro.
Las personas trataban de franquearlo, agujerarlo, saltarlo, evaporizarlo.
Algunos intentaban convertirlo en pompas de jabón
para que los del Este pudieran subirse en ellas
y volar hacia el Oeste.
Muchos no entendían porque tenía que existir ese pedazo de construcción
hecha de cemento, hierro, alambres, espinas y trampas mata personas.
En el Este los llamaban camaradas,
en el Oeste ciudadanos.
Algunos idearon globos caseros,
cosidos a mano en silencio,
en discreto bajo el abrigo de la noche para ocultarse de vecinos,
de la Stasi.
Martillo y hoz predicaban la igualdad entre todos.
¿Era asi?
Colas eternas en las tiendas de los lujos.
¿Que lujos?
Cuando llegaban las olimpiadas eran grandes,
camiseta azul, letras blancas.
DDR. Deutsche Demokratische Republik.
Era una parte de otra parte mayor, dividida en el 45,
separada en sectores, cosida según programas y idearios.
Greta tenía 70, su hermano Heinz llegaba a las 75,
llevaban más de cuatro decenios sin verse,
solo con llamadas.
Nunca estaban seguros quien les escuchaba,
quienes los vigilaba.
Los otros, eran los otros,
los que espiaban discretamente para los de arriba,
vigilando el rebaño para prevenir el brote de ideas liberales.
Y por mucho que extraña,
se amaba igual en Leipzig que en Düsseldorf,
los besos sabían igual en ambos lados del muro.
@ Las Crónicas de Ava
Crecí en una época en la que había un muro.
Las personas trataban de franquearlo, agujerarlo, saltarlo, evaporizarlo.
Algunos intentaban convertirlo en pompas de jabón
para que los del Este pudieran subirse en ellas
y volar hacia el Oeste.
Muchos no entendían porque tenía que existir ese pedazo de construcción
hecha de cemento, hierro, alambres, espinas y trampas mata personas.
En el Este los llamaban camaradas,
en el Oeste ciudadanos.
Algunos idearon globos caseros,
cosidos a mano en silencio,
en discreto bajo el abrigo de la noche para ocultarse de vecinos,
de la Stasi.
Martillo y hoz predicaban la igualdad entre todos.
¿Era asi?
Colas eternas en las tiendas de los lujos.
¿Que lujos?
Cuando llegaban las olimpiadas eran grandes,
camiseta azul, letras blancas.
DDR. Deutsche Demokratische Republik.
Era una parte de otra parte mayor, dividida en el 45,
separada en sectores, cosida según programas y idearios.
Greta tenía 70, su hermano Heinz llegaba a las 75,
llevaban más de cuatro decenios sin verse,
solo con llamadas.
Nunca estaban seguros quien les escuchaba,
quienes los vigilaba.
Los otros, eran los otros,
los que espiaban discretamente para los de arriba,
vigilando el rebaño para prevenir el brote de ideas liberales.
Y por mucho que extraña,
se amaba igual en Leipzig que en Düsseldorf,
los besos sabían igual en ambos lados del muro.
@ Las Crónicas de Ava