Ráfagas de recuerdos
De niño me acercaba a
las orillas del Atlántico y miraba hacia Ultramar, en el horizonte las Américas
parecían tan cerca en comparación con la luz de las estrellas que albergaban mi
procedencia.
Llego la pubertad y
solo deseaba ir lejos, mas lejos de lo que la realidad permitía. Los nombres de
las ciudades y de las carreteras se tatuaban en kilómetros sobre mis días
recorridos.
Llego el primer beso
y empecé a ser viajero entre dimensiones, la sensual y la realidad quemada por
el sol.
Con más años encima,
las sonrisas de galán se hacían más frecuentes...
todos ellos momentos.
@Ava.
@Ava.
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