Crecer y aprender... en eso andamos.
La tormenta celestial partida en quietud y en improvisación continúa.
El arte pintado de espiritual,
el amor irracional llenando los mares del pañuelo de un pirata.
Un conjuro y la luna oculta muestran el monolito de la existencia sospechada.
¡Piénsalo!
Que tu ojo derecho sueñe lo que tu izquierdo no se atreve, A medida que sepas comprender tus miedos,
mejor sabrás convivir con las sombras,
mejor sabrás apreciar lo que vale la caricia inesperada de la vida que no te
quiere perder.
Alerta constante. No nos engañemos.
Esto es la guerra entre la luz y la oscuridad.
Es el poder de las acciones que deja al descubierto la vanidad de las palabras.
El llorar en silencio mediante la poesía.
Reflexiones y momentos,
la línea paralela de la sombra incisiva que te parte el corazón a rodajas
para ensamblar de nuevo los afectos precisos,
para invocar las ganas de vivir.
Me quería quedar solo,
como el chocolate negro que induce prohibición
a los que se mojan cada día las ganas en leche,
y se hunden en barcos de galletas en el blanco océano adulterado por unas gotas
de cacao.
Le pregunte a una abeja si tenía asiento en su vuelo
porque me quería perder en su flor y fauna,
para no ser un vano episodio que va despacio
en el mundo de los humanos.
Apague el móvil desde medio día.
Que inmensa fortuna el silencio de la luna.
Esta soledad es beneficiosa al despertar la mañana siguiente.
Recibo notificaciones de extrañeza al conectar de nuevo
con mi digital existencia.
Me hervía la sangre,
insaciablemente el riego suministraba pasiones de cuerpo y roles,
de imaginaciones con espuma a café erótico,
mis manos tocaron y soltaron hasta que llego la gran paz después de finalizar
la eyaculación.
Era la confirmación de que el espíritu necesitaba ser alimentado con algo más.
Hoy me puse una camiseta de manga larga,
de color gris y en medio una ilustración de un ser de luz
que con su dedo astral hacia iluminar
mis conductos de vida con luz malva.
Ya no pensaba
si mi vida estaba vacía,
si mi vida emitida era un cero o una incógnita.
Hace tiempo te pienso
Te seré franco.
Te observo hace tiempo con tu blusa de cuadros,
en rosa y blanco.
Abriste la puerta y hiciste luz cuando miraste a través de mis ojos para
derretir mi silencio protector.
Leo tus versos e ideas,
miro al cielo y efectivamente no estamos solos,
no tan solos como pensaba.
Aparezco en ocasiones,
de forma intermitente en tu portafolio que rellenas con el coraje del arte.
Cuando te pones el gorro y aguantas el viento de frente,
tu cabello es bandera de mujer libre y en la que se puede confiar.
Yo siento eso que tú percibes,
la resistencia y el frió que es fiel compañero en mantenerte en alerta.
Viene el hombre negro
Viene el hombre negro,
no tengas miedo.
Es el de las sombras de los exiliados,
de los sin techo, de los sin puerta para cerrar.
Viene el hombre negro,
silencioso, presente, imponente,
el que aparece y desaparece detrás de tu espalda,
jamás lo ves, jamás avisa.
Viene el de la cara cubierta,
capucha negra,
sin santo en el pecho,
con los pies blanquecidos por arrastrar las marcas de las carreteras.
El flujo del tiempo le estampo un olvido en su cruz,
los Ángeles de las ascensiones al cielo
no recogieron sus plegarias cuando aún estaban a tiempo.
Viene el hombre negro,
con la memoria expandida que preceden sus pasos,
no es el del hacha, ni del día final,
es el que alerta para que no sean como él.
Amigos, amigas, hormigas que cosquillean,
y desde las Antillas pienso en alto,
reconozco que los años me dieron bien,
a hostias, a besos y labios puntales,
a mandarinas peladas,
y digo que el Amor no se fuerza, para nada,
y a estas alturas de mi vida ya menos.
Los besos sabían igual
en ambos lados del muro Crecí en una época en la que había un muro. Las personas trataban de franquearlo, agujerarlo,
saltarlo, evaporizarlo. Algunos intentaban convertirlo en pompas de jabón para que los del Este pudieran subirse en ellas y volar hacia el Oeste.
Muchos no entendían porque tenía que existir ese
pedazo de construcción hecha de cemento, hierro, alambres, espinas y
trampas mata personas. En el Este los llamaban camaradas, en el Oeste ciudadanos. Algunos idearon globos caseros, cosidos a mano en silencio, en discreto bajo el abrigo de la noche para
ocultarse de vecinos,
de la Stasi.
Martillo y hoz predicaban la igualdad entre todos.
¿Era asi?
Colas eternas en las tiendas de los lujos.
¿Que lujos? Cuando llegaban las olimpiadas eran grandes,
camiseta azul, letras blancas. DDR. Deutsche Demokratische Republik. Era una parte de otra parte mayor, dividida en el
45, separada en sectores, cosida según programas y
idearios.
Greta tenía 70, su hermano Heinz llegaba a las 75, llevaban más de cuatro decenios sin verse, solo con llamadas.
Nunca estaban seguros quien les escuchaba,
quienes los vigilaba. Los otros, eran los otros, los que espiaban discretamente para los de arriba, vigilando el rebaño para prevenir el brote de ideas
liberales.
Y por mucho que extraña, se amaba igual en Leipzig que en Düsseldorf, los besos sabían igual en ambos lados del muro.
Aniquilando luz Fuego, cenizas y adioses, abandonos
de confianzas quemadas, ocultadas
sus tierras perdidas
bajo la pata derecha de la viuda negra.
La gota
del desprecio se adueño del agua de este primer mundo, solo
queda el refugio de la resistencia, envueltos
en telares del Himalaya,
bajo supersticiones de los Andes.
Los
rocambolescos discursos de las cien y una regiones divisorias no cubren
los amaneceres,
solo oscurecen con retrasos y más caídas en cuevas de tribus
retrogradas.
¿Cuando se expande el sol a rojo gigante?
¿Cuando la Luna
empieza a soltar sus aguas
sobre los fluidos contaminados del primer mundo?
Ondea bandera negra,
aniquilando luz.
Pánico al dormir,
pánico a que se aprieten las tuercas
para romper huesos y desaparezca en el remolino
y grite el himno solitario para pedir ayuda.
En Acapulco no duermen, y hace tiempo que dejaron el Tequila.
Ahora toca Rave Party en los bulevares de las playas
y a colarse para doparse hasta creer que puedes volar,
sin Mariachis, si con Éxtasis.
En Madrid la mayoría se disputan la vida entre el sueño y el abandono,
precisamente a estas horas.
Los orgasmos aún son recientes,
frescos y húmedos impregnados en sabanas y manos,
círculos placenteros.
Pánico, si,
al estar de pie y tocar suelo,
al estar sentado y apoyar en el soporte de la mesa,
estando despierto aún mantengo el control.
Recuperar la confianza
cuando se esta cansado,
cuando el cuerpo se rinde y la mente no discute.
Adelante, digo.
El hecho frotante,
la huella de arriba, la caricia de abajo
y en tiempo razonable podría decir si hay amor
o si hay intención de no suicidarse emocionalmente.
Avanzo, seguro,
de frente,
atrás solo en caídas,
luego recupero el espíritu menguante
y otra vez,
para adelante.
Avanzo, comandante,
con manos abundantes de pulso,
las líneas del sol enderezan la historia echada sobre arena,
pisada a fondo con cuerpo, con alma,
con todo lo que demuestra vida y sentimiento.
Adelante, ¡como no!
La sombra es negra de entrada
y es gris cuando arrastra encuentros con otros entes,
otras sombras mixtas.
Encuentro con el destino.
Video Poema de Las Crónicas de Ava. Declamado por Angeles Lopez Quesada .
ENCUENTRO CON EL DESTINO
Pretendía darle al destino una lágrima caída
de mi cara que se pego ayer en la suela del zapato.
Al quitar el zapato no la encontré,
seguía hacia atrás los pasos dados que había dado desde ayer,
aún así permaneció robada en la perdida.
Pretendía darle al destino una caja de cerillas para que encendiera mis ojos,
encallados en un ciclo de deja vus naufragados
y la marea no lograba alcanzar mi mano al barco
que llevaba al destino para encender la mecha.
Pretendía darle al destino tres cuartos de hora de afecto,
con ron y miel,
pero al ver que no estaba solo y sus sillas ocupadas,
libere mis manos y tome la cuerda y baje a la nube de la cueva,
al lado del calor de la tierra
y escuche hablar a los murciélagos de desdichas, de fortunas.
Pretendía decirle al destino que no creía en el,
que le hacía caso a mi padre,
que mis propios pasos me forjaban el camino sobre platino
que se hundía con la gravedad de mi caminar.
El espíritu de la montaña rusa descarrila en
blanco y en nada.
En la bajada todas las piedras son arrastradas al valle del desplome.
En la subida a la cúspide abundan las vegetaciones muertas.
Lentitud en los ojos con el peso y sentir de las vidas transportadas,
de allí para allá.
Tiempos clavados en instantáneas de ámbar de una mirada
que derrite el efecto soledad. No se ven colores en estos motores
que se desplazan más por voluntad que por automatismo.
Perdurabilidad alargada,
pinceladas Zen.
Olvídame,
si solo esperas oírme en dos palabras,
no hace justicia a lo que arranco con carácter pleno
de la mesa de la vida cada día rascando con uñas y esfuerzo.
Muerdo polvo, escupo derrota,
pero no me aniquilan,
es la constancia, la vida plena,
rasguños a sangre abierta
y siento el pinchazo, el latido duele,
el plexo aprieta
al respirar y mover.
Son avisos, señales,
luego la catarsis cardiaca,
y te despides ante un dios solitario
al saber que te vas
cuando no hay nadie a quien decir las últimas palabras.
Te vas y el mundo se borra.
Mis ojos sueltan el ancla de las nubes, de las ventanas,
no siento ni si lloré,
la vida se va en ráfagas de segundos y
recuerdos.
Dos pensamientos.
Lo que ame, lo que quise.
La ponencia "Si yo puedo, tu mas" que realicé en la reunion para afectados del TOC que se realizo el 7 de Febrero de 2015 en Monachil (Granada) . Mi gratitud a Aurelio de TOC Granada y a todos los asistentes
Poema "Leo tus poemas" de Las Crónicas de Ava" emitido por Luna Azul de
Onda Maracena Radio el 17 de Febrero 2015 y declamado por Desirée
Cuadrado.
Leo tus poemas
Arrugaste un papel amarillo, le diste forma de pelota con los cantos hacia adentro, hiciste un nuevo sol para que se precipitara al mundo de los escarabajos.
Vi tu gesto al soltar, al tirar tus palabras no enseñadas pero si guardadas.
Alguna intención dejaste caer. Fueron esos versos que con lápiz mordido aplastaste con gracia y sensación sobre papel para ser arrugado, para ser lanzado.
Sentí pulsar tu dedo. Tu señal llego a mi pulgar y mi vista se alió con tus versos que rodaron colina abajo. Me rozo tu trayectoria veloz y me hice tuyo al leer tu poema.
Observa bien, recuerda mejor.
Bajo la mesa están los deseos de los ojos cerrados.
Ves cosas.
Esas sombras con alas de águila que te alientan cuando estas cansado.
Ves ojos de lobo que te hierven por dentro
cuando miras al mundo que discurre ante tus ojos.
Si tienes cosido un trocito de alma del diablo a tu sombra,
será para que muestres resistencia y lucha
y no seas subyugado completamente.
Es mejor morir en combate que languidecer con cuño ajeno.
Entrevista realizada por Miren Palacios y Sol Tame de La Universal Radio a Alvaro Villa André con motivo de la publicación de su libro Las Crónicas de Ava. Entrevista realizada el 21 de Enero 2015
Arrugaste un papel amarillo,
le diste forma de pelota con los cantos hacia adentro,
hiciste un nuevo sol
para que se precipitara al mundo de los escarabajos.
Vi tu gesto al soltar,
al tirar tus palabras no enseñadas
pero si guardadas.
Alguna intención dejaste caer.
Fueron esos versos
que con lápiz mordido
aplastaste con gracia y sensación
sobre papel para ser arrugado,
para ser lanzado.
Sentí pulsar tu dedo.
Tu señal llego a mi pulgar
y mi vista se alió con tus versos
que rodaron colina abajo.
Me rozo tu trayectoria veloz
y me hice tuyo al leer tu poema.