Los sin techo se dejan los
cartones
se refugian de noche hombres y mujeres
que perdieron sus nombres de sus tarjetas y buzones.
Santa María de los cielos no les aviso y la caída fue dura,
rayando la desintegración,
la maldición que arrastraron de una vida y unas circunstancias muy cuesta abajo.
Ahora son números registrados en las agencias de ayuda
que reparten cada noche sopa con calor y algo de esperanza,
ingiriendo un poco de sabor a cielo al estomago.
Antes eran visibles entrando en escaparates y tiendas,
ahora son neutros grises difuminados que apenas atraen
la atención de los bien situados (todavía).
A veces los sin techo se dejan los cartones,
otras se dejan la vida y una cruz pintada a dedo despedida en el cristal,
y la mañana llora, el día tapa.
@ Las Crónicas de Ava