BOX
Juan estaba como un coloso espartano en el décimo asalto.
Sus ojazos chisporroteaban dolencias lagrimosas,
inequivocablemente emplastadas a ritmo de dostanteo.
Su enemigo persa avalanchero empleaba a secas
la estratégica cruzada ajedrecística
que hace decenios evaluados al cuadrado multiplicativo
utilizaba Xerxes en su campaña de venganza
contra la lograda unidad europeísta de los helenos.
La derrota campaneaba cerca del tronco de Juan
cuando el “Gong” sellaba el décimo Round,
dejando a Juan en letárgicas secuencias
sobre el relajador cuatro pateras.
Que sea ahora o nunca será,
nuestro amigo tenia que “Pokear” todo al undécimo
y para ello sonrojado se reciclaría
para el venidero minuton y medio
en perspicacia temistocleana.
¡Espartano incansable! ,
por fin contrarrevolucionas.
El bocazas ignoranton con su supremacía a ojo de buen cubero
cayó en la estrecha trampa de Salamis.
Surge como por divinidad el efecto sorpresa.
Con cortos y rápidos machacazos
Juan hace tambalear a su adversario,progresivamente reduciéndolo a polvo amargo con sabor a capitulación.
El “TicTacTeo” del tiempo
alza el “countdownero” one, two, three …
y el bombazo alirón tras el “Ten”
inyecta jubilo expansivo en la hazaña juanista.
@Ava