Por Dios puedo decir que no era cobarde. Aunque a veces en el pasado pude sentir ese frió que te recorre la espalda cuando vas sin rumbo por la noche en una ciudad en la que acabas de caer.
Ya pasaron más de 8 años en las que nos encontramos en aquella cafetería
desaparecida de un gran centro comercial. Puede que lloviera aquel día, ya no
lo recuerdo, pero si recuerdo tus ojos de mujer “Alegría” que plantaba cara a
una vida dura en ocasiones, y me encantaba como a pesar de las dificultades no
te rendías.
Sucedieron días, semanas, el tiempo resbala a gusto en las vías del tren que
nos llevaba por esta vida.
Tu me hacías sentir “Familia”. Tu me hacías sentir un “agujero negro espacial”
que dejaba de tragar, y empezaba a asumir que se encontraba en una línea del
tiempo en la que tu existías.
Si, existías,
y yo también. Y aquí estamos. Lo suficientemente comprometidos para mandar al
cajón negro a todo lo que pretende corromper nuestro equilibrio, fe y el brillo
de luz que emitimos.
Hoy vi
en algún documental, que a 4,5 años luz descubrieron un planeta parecido a
Puede que venimos de allí, o puede que nos vayamos allí, después del crepúsculo.
Lo que si puedo decirte es que te quiero, y mi mano siempre esta allí para
apoyarte.
Es bueno decirlo a veces verdad?
Más sabiendo que la vida es tan fugaz en el inicio y final de los latidos de
nuestros corazones.
Compañera, amante, amiga, en este Holograma Terrestre seguimos.
Mañana te veo, y
siento emoción por estar juntos.
David
Helpling - The Bliss You've Always Carried