sábado, 27 de junio de 2015

Coeficiente Intelectual" de Las Crónicas de Ava declamado por Marta Leirado



Coeficiente Intelectual

La música empieza
y así de fácil es acariciar el jersey de algodón
que absorbo de esa melodía preciosa que produce el piano de Vangelis.
Y ahora entonan los coros
y es como si estuviera en lo más alto que puede dar la felicidad.

No soy normal,ya lo se.
No lo digo con enfado, ni con aíre de presunción.
No soy normal y me siento por un momento satisfecho,
seguro de de que mis estatutos, mis reglas,
no están escritas en ninguna parte.
Amo este instante porque estas reglas solo,
¿y porque digo solo? ¡Será la costumbre!
Estas reglas están en los sentimientos,
en la perla de una insólita lágrima.
Son muchas cosas,
demasiada vida para malgastarla el día
ante una pantalla de televisión.
La imaginación ya se encarga de imaginar que pasaría si ...
y dejémoslo únicamente en imágenes.
Siempre imágenes repetitivamente,
por si existen esas palabras,
y si no las invento.
En inconsciente activo componiendo en clave de sol,
vueltas y mas vueltas,
ya sabemos lo de “Ilusiones”,
apetecibles que nos hacen actuar,
andar tras la prohibida manzana
y una vez en nuestras manos
su sabor ya no es lo que deseábamos anteriormente
con tanto frenesí y cosquilleo de burbujas gloriosas.

Un libro me ayuda.
Antes no existía,
ahora sus verdades son mi único sustento en esta frase indecisiva.
Ayer un Si, mañana un No, ¿Dónde termina el circulo?
Saco el gato, soy ladrón de promesas semi desarrolladas.
Saco penas, convertido en transparente inexistente
enrollado en la delicia de un harpa.
¿Por qué escribir poesía para vanagloriar el don
del chiflado amoroso?

¡Escribiendo, pintando, gastando!
¿No os enterraste?
Faltan las comas,
esas que siguen a continuación ,,,,,,,
Punto seguido muevo el carro
hacia otra línea más segura.
Creo en Dios,
prevalecer y existir.
¿Acaso pensáis que me infravaloro?
Admito que no se rezar ni orar,
únicamente hablo letras sueltas
y de vez en cuando suelen formarse palabras
que marcan sensaciones.

Deguste lujuria y desnudez vulgar.
¡Que harto estoy!
Pecho contra pecho y todavía considero que no hay amor.
Claro que para machacar el instinto animal no esta mal.
Sigo entristecido,
separando ultramodernas cañas de bambú de la faz de la ciudad.
Numeros rojos galopean con emigrantes laborales
a cuestas la rectitud electoral.
Parada final, el billete trasnochado pierde dimensión,
próxima salvación a cinco mil pies de altura
y aventura caída en picado.

Ya sé, no quiero alabanzas,
¿Me entendéis?
Gracias a todos.
Sigo la caricia del algodón.
¡Ya habréis notado la lentitud de los segundos!
Quiero. Mucho. Mucho quiero. Quiero mucho.
Diagnóstico del chequeo:
Coeficiente intelectual oscilando.
Mi amigo, el cuadriplicador, prosigue con su manía
de doblar la propaganda del goteo palpable de mi ego.
Las hojas que riman se asimilan
a los llantos de una botella vacía de su líquido seductor.
Y mira, mirad, la única ocasión en que el cojo
sangra a ciento veinte por la autopista.
Imposible en términos realistas superar esta hazaña velocista.
El no recapacita para parar,
esta claro que tiembla demasiado para resignar.
¡Para! ¿Pero para que?

Un triple P,P,P desvela el polizón ratero,
en ascensión geométrica de precisar de mis refuerzos
vitales del Tango de la vida.
Ciento veinte terminaciones distintas precipitan
este redacto en una miseria rematada
y el diccionario ayuda a insertar nuevas palabras en estado crítico.
Los cinco dedos sensibilizan con la A
y expulsan lo nacido en la Z.
Soy padre productor y madre protectora,
centro de salida de la genialidad deletreada,
propiamente dicho un parásito demoledor de la nada,
ejerciendo y neutralizando a la antimateria.
Un cero no lleva vida,
un uno por cero no consigue compañía,
sin embargo deduce de su propia fuerza.

@ Las Crónicas de Ava

Declamado por Marta Leirado

martes, 16 de junio de 2015

Poesía: Con los pies en la tierra puedo ir a donde quiera




Con los pies en la tierra puedo ir a donde quiera
Dejé los prejuicios en la percha de la entrada,
me libere de las voces y de los gemidos muertos.
Así supe, que una de las mejores cosas de la poesía,
es que lo que escribes te hace crecer.
Tu mundo se hace apeteciblemente deseoso para ti y para otros.
Te irradias por dentro, con todo lo que captas de fuera,
exteriorizas lo que fluye.

Con los pies en la tierra puedo ir a donde quiera,
puedo amar sin decir ni explicar nada.
Puedo crecer como un árbol
para ser capaz de ver todas las inclinaciones de un corazón sensible.
Puedo hacerme caer como esas hojas que están en vuelo permanente
y nunca son alcanzadas por un hechizo de las oscuras intenciones
y del arte del engaño.
 
@ Las Crónicas de Ava 

Presentación de Las Crónicas de Ava en Sevilla con el apoyo de la Federación ASPACE Andalucia - 9 de Junio 2015

Presentación de Las Crónicas de Ava en Sevilla con el apoyo de la Federación ASPACE Andalucia - 9 de Junio 2015


http://www.aspaceandalucia.org/noticias.asp?idNot=2141698736

miércoles, 10 de junio de 2015

Poesía: Si de verdad me quieres, demolerás el puente que te ata

Si de verdad me quieres, demolerás el puente que te ata


Y no había nada.
Era la oscuridad que no hacía daño,
era el silencio que guardaba tus nanas no creadas,
era la reflexión para dar gracias a la divinidad de los segundos
por respirar renovación continuada.

Los días se suce
dieron,
salías a trabajar,
seguías quitando las lágrimas de rabia de tu hijo
cuando su corazón pequeño se sentía atacado.
Sufriste y amaste.
y los violoncelos de tus manos pequeñas
cortan el alimento continuo,
el cariño perpetuo.

Escucha esto, recuerda esto,
aunque este lejos,
aunque aparezca de sorpresa en el parque donde habita mi voz,
recuerda que me renovare cada día en el símbolo del puente caído
que demoliste para estar conmigo.


Escuchaste una voz,
yo un impulso,
y no hay diques que contengan las aguas mansas,
las aguas revueltas,
las aguas dulces y saladas,
las aguas que se besan en cada labio de átomo de hidrógeno.


@ Las Crónicas de Ava

martes, 9 de junio de 2015

Poesía: Ella me encontro al leer mis visiones estampadas en la pared

Ella me encontró al leer mis visiones estampadas en la pared



Desechando el amor prefabricado siempre que pueda,
porque de poeta, nada.
Me atraviesa el gran puente negro de pecho a espalda;
es por no conformarme.
Partido estoy.
Roto y fuerte.
No bebo, jodo,
y, a veces, ni eso.
Paso.
No fumo, balanceo con visiones
y las estampo contra las paredes de la ciudad para dejar mensajes.
Ella me encontrará.
No esnifo coca,
dádmela y la tiro al cielo de la noche,
quemándola toda.
Sí,
es la noche que ahora me importa.
Escribo, mimo, y no uso cortinas
para tapar las singulares lágrimas de los abandonos consumados.
La que me encontró supo ser libre a base de palos.
El último golpe siempre se agarra y se detiene con la mano derecha.
Sí. Liberal en cuerpo flexible.

@ Las Crónicas de Ava

Presentación de Las Crónicas de Ava el 9 de Junio a las 20 h en Sevilla

Presentación de Las Crónicas de Ava el 9 de Junio a las 20 h en Sevilla


martes, 2 de junio de 2015

Poesía: Espada del ayer

Espada del ayer

Espada del ayer,
¿No te había dicho que la guerra ya había cesado?
Sin embargo, tu naturaleza cortante
no deja de seccionar las cuerdas de los mansos,
esos hilos del reposo y de la paz que deja vivir.

No quiero agarrar tu empuñadura,
aún así insistes con nieblas escalofriantes
que hielan mi respirar en esta secuencia dimensional.
No quiero odiarte,
no quiero ser discípulo de la ira interminable que reanuda constantemente.
Te forjo la desgracia,
te hicieron de ese acero, que ni los muertos quisieron usar como armadura
en su viaje hacia la incertidumbre.

Espada del ayer,
¿No entiendes que soy amante de las espinas explosivas del Sol?
Sé que es en vano decirte, apelarte o rogarte que dejes,
aún así me resisto a que me partes,
y me hagas besarte y santificarte.

@ Las Crónicas de Ava

Inanición - Poema de Las Crónicas de Ava - Declamado por Ángeles López Quesada

Inanición - Poema de Las Crónicas de Ava - Declamado por Ángeles López Quesada



Inanición

Hace un día murió mi madre y sus huesos rajaban casi su piel secada
y quebradiza.
Horas después ella aún me daba su calor
y sus ojos permanecían abiertos clavados en esta miseria
de desierto.
No tenía fuerzas para sostenerme,
mis ojos eran más negros que la propia noche
y el calor de ella se iba apagando,
no tenía ni fuerzas para llorar,
el frío era implacable y me apresaba la poca alma esperanzadora que me quedaba.

Durante el día pasaron los rebeldes al lado de mi lecho moribundo,
me veían la cara llena de moscas.
No se si podían ver mi mirada de desesperación,
si la hubieran visto,
tal vez hubieran tenido la misericordia de dirigirme una bala
para terminar con mi sufrimiento.
Debieron pensar que yo no valía ni esa bala.

En el Sahel hacia meses que no llovía.
Mucha hambre, mucha sed.
El trigo no crecía,
Dios no lloraba,
me estaba secando lentamente.

En mi próxima vida quisiera ver la hierba,
y pisar de lleno la tierra mojada.
Tuve una vida corta, una vida de amor,
el de mi madre, de mis hermanos,
y no conocí nada más que un mundo de polvo y sequía,
donde las mujeres lloraban por sus maridos muertos,
donde no tenia sentido ver al cielo y esperar ayuda.



lunes, 1 de junio de 2015

Poesia: Caricias y el descubrimiento del sexto continente



Caricias y el descubrimiento del sexto continente

Manos esbeltas, manos largas,
manos cortas,
manos que te pintan las venas de malva fluorescente
y con la caricia de las diez de la noche
te cambian los pies de plomo por alas de gaviota de la luna mal partida.

Cinco falanges para dibujarte historias de los cinco continentes
en tus visiones a flor de piel,
en tus proezas por descubrir el sexto continente.

Te llames Mario o te llames Belén,
seas el Primero o llegues el Último,
no tiene la importancia al beber el té de melocotón
en la ciudad a la sombra de la montaña del fin del mundo.

Si te acercas,
yo me acerco y la mano por delante,
tus ojos a la vista,
y ese recorrido con dedo índice a lo largo de tu espalda
que te acaricia y invita desde el cuello hasta los pies a sentarte conmigo.

@ Las Crónicas de Ava