Encuentro en una
caja
Su nombre era Estrella.
Me decía y me hablaba de poesía,
como si se tratara de abrir antiguas cajas de zapatos
que se guardaban en el desván de los tiempos de añoranza.
Me acerque con decisión,
su mente y la mía convergieron en el poder necesario
para abrir cualquier caja guardada.
Abrimos sus contenidos,
juntos creamos en las esquinas de las cajas un portal
para entrar en mundos creados a pulso de besos creativos,
con todas las actualizaciones en las palmas de nuestras manos.
Eso era conectar y el quebrado continúo de la moralidad asentada.
Visualizábamos salida,
de sus circunstancias y de las mías.
Supimos valorar y apreciar lo que habíamos creado,
sin retroceder por miedo o cese de deseo,
éramos fuertes, muy fuertes.
Y recordábamos todas las personas que se habían estrellado
al intentar asaltar nuestro muro para llegar a tocarnos.
@ Las Crónicas de Ava
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