En tu retiro,
observando la lentitud del movimiento de tus dedos,
atrapas con tus ojos un trozo de cielo.
Estas en silencio,
pero puedes llegar a mi.
Estas en contacto con el hemisferio,
pero puedes echar un lazo a la nube
y hacer aparecer tu desnudez.
Roto los hilos,
roto la línea,
rota la obligatoriedad,
me enseñas tu cielo,
y yo a ti mi ola gris.
Medio corazón fuera de este mundo,
el otro riega el pulso testimonial.
Sencillez en cada paso por delante.
@ Las Crónicas de Ava
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