Beber
No quiero que me anestesien
en la complacencia de los amores en directo,
ni menos dejarme aplastar por una mezcla de soledad y vacío
que sabe a derrotismo rancio
y que amenaza con hacer perder cualquier tipo de avance constructivo.
Aprender de los animales,
con atención,
en alerta al beber el agua que me da vida para seguir moviendo las manos
y alcanzar un sueño que clave hace días en la tabla de mi casa.
Si fuera un planeta viviente daría un fuerte estornudo
para liberarme de todos los agentes contaminantes.
No llevar innecesariamente.
No cargar por compromiso.
No asentir si estas con la luna opuesta,
si, esa de agua y de sangre.
¡Crecer!, en eso estoy.
El cómo, lo cuento en mis crónicas,
como escritor y repartidor de emociones.
@ Las Crónicas de Ava
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