Correr
Correr
al lado del lago de fuego
cuando la testosterona salpica trozos de aura incandescente.
Echar.
Correr con la succión de un cuarto de melocotón
y permitirte drenar mis cavidades.
Echar más.
Correr en la comisura de tu coquetería descarada para
mancharnos no solo de noche, sino también en ese aparcamiento público.
Morbo.
cuando la testosterona salpica trozos de aura incandescente.
Echar.
Correr con la succión de un cuarto de melocotón
y permitirte drenar mis cavidades.
Echar más.
Correr en la comisura de tu coquetería descarada para
mancharnos no solo de noche, sino también en ese aparcamiento público.
Morbo.
Explotar.
Correr como un cojo no tiene gracia, ya lo soy.
Pero inyectarte adrenalina,
cuando te clavo con la intención de desdoblar sabanas
y empalmar en un madero el pecado que nos condena,
eso si es firme y decisivo.
Explotar, triplicar.
Correr sigilosamente en tu oído mientras pelas las patatas de la cena,
es un anticipo del postre despenado.
Comer, succionar, tragar.
Todo alcanza.
@ Las Crónicas de Ava
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