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y visionaba los amplios campos del pan por hacer,
la siega por realizar.
Mi corazón yacía tocado y abrasado en la arena
pero lo reviviste con tu marea inesperada,
tú llegada inminente de los cielos donde te creía hallar.
Cuando caiga procura estar cerca para coser mis roturas
porque después del primer beso que cala es difícil evitar
la caída de las fichas prohibidas del domino.
El amor loco es capaz de ver la luna en una caja de cartón.
Hagamos anclaje con nuestros dedos índices.
Es el símbolo de la pertenencia,
de nuestra libertad percibida que abre brecha en el muro de los imposibles
Me encanta ser mentor de tú despertar paulatino
y tener alguien de verdad que sea mi contrapeso y me equilibra la razón.
Como solemos decir y sentir a menudo.
Somos seguidores del santo del pecado
y con esa protesta bella y rebelde
nos enfrentamos a la parte del mundo que no queremos.
@ Las Crónicas de Ava
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