ANCIANIDAD
¿Quién no
piensa en qué condiciones llegara la ancianidad?
Debo reconocer que me impacto la pérdida de memoria de mi padre.
Pero con el tiempo aprendí a tratar con ella.
Aprendí la importancia de hablarle, de tocarle.
de observar sus ojos que parecían agujerar
los míos.
Y cada
abrazo era como una carga de energía de querer mucho a mi padre.
Era como una despedida alargada a través de los años.
Mi querida amiga Yolanda también supo de ello.
Observaba el cariño con la que trataba a su madre,
y cuando iba a visitarla me decía: Mira que chico más guapo.
En la residencia Pablo se levanta cada día a las tres de la madrugada.
A sus 90 años, confunde a la cuidadora con su hija.
Cuando le pide a la cuidadora que le ponga un gorro en la cabeza
para poder acostarse de nuevo, acaba diciéndole “Gracias Mami”.
Los últimos años de la vida son el regreso a la niñez al revés.
Los últimos años son la oportunidad para el resto de la familia
para acompañarles el resto del camino con mucho amor.
Los últimos momentos de su vida el momento preciso para agarrarles la mano
y cantarles esa canción que siempre quisieron.
Los últimos momentos es nuestra oportunidad para agradecer a ellos la vida que
nos dieron,
la lucha que tuvieron por prepararnos para que tuviéramos las oportunidades que
algunos aprovecharon.
Y el
silencio llega,
se inicia la partida de lo que fueron,
su energía se va,
Y queda la carcasa que habitaron durante toda su vida.
Cada uno se despide a su manera.
Con besos en la frente o con llantos apoyados en otros familiares cercanos.
Otro simplemente se van, no tienen fuerzas para estar allí,
o la indiferencia o el rencor acumulado durante años
es tan grande que ya no pueden sentir nada
Y la próxima generación en irse seremos nosotros.
Y así sigue desde que la Tierra es Tierra,
desde que el Cielo es Cielo y nos
transmite un sentimiento de consuelo.
Los días se suceden,
nos quedan nuestros hijos e hijas,
nuestros esposos y esposas,
nuestros amigos y amigas,
y todo lo que apreciamos.
No seamos ahorrativos en muestras de cariño,
rellenemos con abrazos y felicidad los libros de sus vidas,
con apoyo y amistad,
para que en el día señalado se puedan
llevar de nosotros
lo mejor que pudimos darles.
Nuestro tiempo y amor,
nuestra amistad y apoyo.
nuestra comprensión y paciencia.
Vida plena, gracias.