EL TRAMO DE LAS TRISTEZAS PROVISIONALES
Si tuviera que describir esta tristeza que
me está atravesando todo el día,
estoy seguro que no encontraría palabras
en ninguna civilización imaginaria,
ni del pasado, presente, ni del futuro.
Sé que es provisional, pasadera, siempre me lo digo,
la tristeza me la soporto, sabiendo que en algún momento se disipara como humo
de una cerrilla recién apagada.
Tengo pareja, tengo amigos, y no sé si tengo un Dios, o una fuerza energética que
pueda explicar todo lo existente.
Aun así, estoy triste, apagado,
Este mundo tiene tantas historias bonitas para contar,
pero en contrapunto también me encuentro con muchos odios desenfrenados que buscan
enfrentar a la gente por una ideología, por una creencia, por un escudo que
luce en alguna camiseta.
Y que penoso y desastre de la humanidad es,
cuando por esas discusiones venidas a más
se rompen familias, se matan hermanos, y se da de comer a los instigadores que
se frotan las manos contando las victimas de sus tramas.
El piano de un artista recién localizado en las redes me calma,
me transporta por ondas etéreas que ayudan a acariciar un corazón venido a
menos.
Es solo temporal, esta tristeza, lo sé, insisto,
y lo dice alguien que fue parido con una maquinaria atómica para superar sus
condiciones físicas.
Mañana volveré a ver el sol,
mañana seguiré sin poner Telediarios que nos proyectan hologramas con hilos de
medias verdades,
mezclados con colores atractivos de
mentiras repartidas.
Vosotros, queridos lectores y seres
sensibles,
ya conocéis esta sensación.
Es algo que se va, pero mientras tanto
hay que atravesarlo.
La tristeza,
parte de la condición humana.
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