III. La nada y el exterminio
¿ Te conté alguna vez que mordí tres veces el polvo y ascendí
al Nirvana? Decían que era poeta.
Empecé a escribir historias y canciones tristes del hombre luna.
Empecé a escribir historias y canciones tristes del hombre luna.
El mayor dolor fueron las palabras rotas que me clavaron las
sombrías decepciones.
Me sentí atropellado cuando mataron mi vida por quedar atrapado.
Sentí vacío al oír decir que Ava había muerto.
Llego la ausencia.
Entraron los cuervos negros y se produjo el exterminio del sentir.
Desapareció la luna y de nuevo hablaron de morir.
Un golpe inicio la transición de un clavo partido.
No hubo suficientes cementerios para todos los destrozados.
Hasta aquí he llegado.
@ Las Crónicas de Ava
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