Por fin danzabas
Llevabas tiempo sin
probar el agua de cocodrilo con la punta de tus pies.
Esa chispa de emoción y riesgo a la vez,
la pillería por descubrir que eres capaz de arrancar
la flor de la creación que crece cabeza abajo desde las nubes.
Bailabas con la energía que desprendía tú cabello recogido en carambola
con los ritmos envolventes de toda la sala.
Te ví soltar los ladrillos invisibles de plomo
que te hacían sentir como Hércules llevando las penas de medio mundo.
Danzaste y jugaste con la mirada de los segundos adelantados.
Adivinaste los pasos que tenías que dar
para caminar y equilibrar sobre la cuerda del fuego.
Uno, dos y tres. Esas cosas suceden. Esa chispa de emoción y riesgo a la vez,
la pillería por descubrir que eres capaz de arrancar
la flor de la creación que crece cabeza abajo desde las nubes.
Bailabas con la energía que desprendía tú cabello recogido en carambola
con los ritmos envolventes de toda la sala.
Te ví soltar los ladrillos invisibles de plomo
que te hacían sentir como Hércules llevando las penas de medio mundo.
Danzaste y jugaste con la mirada de los segundos adelantados.
Adivinaste los pasos que tenías que dar
para caminar y equilibrar sobre la cuerda del fuego.
Hiciste caer mi piedra azul y tu rubia aura
se infiltro dentro de mis innumerables cálculos emocionales.
Sabía que esa era la ecuación precisa y acertada.
@ Las Crónicas de Ava
Pintura de Larisa Hancu
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