Entrada en la fisura Espacio-Tiempo para ir al
centro de todo
Si pudiera disolver mis células orgánicas,
para convertirlas en una especie de nave espacial,
compuesta por Nanobots, que fueran dirigidos por mi consciencia viva y humana;
atravesaría las nubes para pasar cerca de la Luna e iniciar un viaje espacial.
No puedo explicarlo mejor, siento algo especial,
no soy cuerpo, soy laca metálica que
resiste al frio cercano a los -270 grados.
Es temporal, es circunstancial, es puro placer.
Inicio los inyectores, y rompo delante de mi la fisura de espacio y tiempo,
para entrar en modo hiperespacio, para
solventar distancias imposibles de escribir en una sola hoja de papel.
Destino: Centro de la Vía Láctea.
El mayor cúmulo de estrellas por cada mil millones de parsecs al cuadrado.
Y pensar, que en el tercer planeta de una estrella
llamada Sol,
se están matando por un cumulo de granos de arena,
o por lenguas, que solo deberían servir
para comunicarse, y no para declararse superior.
La mecánica del sonido interestelar, es como una melodía
de un Aventurero espacial,
que salta de Exo Planeta en Exo Planeta.
Es como un trance que te lleva incansable, de estrella en estrella.
Aquí, en el centro de todo, veo las espirales, veo las luces llegadas de
civilizaciones extintas.
Aquí, en el corazón de todos los corazones que alguna vez han existido,
puedo envolverme con las corrientes del pasado, para ver qué es lo que hubiera
ocurrido si…
Puedo presentir, qué pasaría si hoy voy a la derecha, en vez de a la izquierda.
Ahora entiendo a los Plutonianos, que abandonaron la periferia de la espiral,
para adentrarse en el centro del todo.
Sí, al lugar donde ahora me imagino.
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