dos bolsas
Me acorde de sacar unas fotos,
metidas en dos bolsas de una conocida marca alemana de supermercados.
Eran bolsas con agujeros y desgastadas,
convertidas en capsulas del tiempo.
Toda una vida metida en plástico,
toda una vida que pasaba por mis manos,
al acordarme de aquellas fotos guardadas en el trasfondo de los años recorridos.
En el fondo resuena una melodía minimalista de Tangerine Dream,
con la intención de doparme lo suficiente,
para que mis emociones sigan en elipse planetaria alrededor de mis recuerdos.
Salen Flashes de amores caducos y visiones
de plantas muertas,
convertidas en abono para volver a sentir lo que una vez fue.
Luego recuerdo esa proyección de un
coche estrellado, justo a 100 metros debajo
de un puente.
Allí estaba la huella invisible de un Ángel desconocido que me asistió para salir vivo.
Sigo mirando.
Aquella visita de mi madre a
y su estancia de 6 semanas en mi pequeña casita de planta baja,
con un jardín para agradecidos.
En Chequía andaba maravillado,
bastante enamorado,
pero también asombrado por deambular por calles
repletas de historias del centro europeo.
Hasta di la mano a un hombre con ojos profundos,
que tenía marcado en su brazo.el número de interno de un campo de
concentración,
cuyo nombre ahora no me acuerdo.
Cambio la melodía, y estoy en los 90,
en las playas de Galicia,
y las escapadas a Bermeo y Zarautz.
A un amigo le conseguí sacar una instantánea,
con una piedra suspendida en el aire.
El lo recordara. Que buenos momentos.
Y si os digo la verdad,
no estaba para escribir hoy, ni mañana,
pero me hizo pensar en lo alucinante que es,
tener toda una vida metida en dos bolsas.
Solo eso.
@ Las Crónicas de Ava
1 comentarios:
Tierna y melancólica crónica. Me gusta.
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