IV. Los
olvidados
Eran las palabras que me
faltaban
para contar estos episodios de barrio.
Los sin techo se dejaban los cartones
en las calles de Granada.
Convivían con la esquizofrenia,
y el mar succionaba las vivencias hacia sus adentros.
Estallo el pánico,
al iniciarse las cuatro estaciones de la epilepsia.
para contar estos episodios de barrio.
Los sin techo se dejaban los cartones
en las calles de Granada.
Convivían con la esquizofrenia,
y el mar succionaba las vivencias hacia sus adentros.
Estallo el pánico,
al iniciarse las cuatro estaciones de la epilepsia.
Se decía que los olvidados, eran los de edad avanzada.
La inanición y el desafecto intentaban doblegarles,
pero al final, los besos,
que sabían igual en ambos lados del muro,
les aplastaron.
Y, a ochenta y cinco kilómetros de las olas,
aparecieron estas crónicas del puerto.
@ Las Crónicas de Ava
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