Y hablamos de morir
Y hablamos de morir,
cuando ya sientes los pasos cercanos
y tu espíritu vivo desea descansar, desea elevarse, desea irse en paz.
Y si, hablamos de morir,
con esa paz que te abarca toda la vida que has vivido,
todos los seres que has amado,
hablamos de morir cuando pensamos en la inminencia de la bajada del ángel
que te agarra la mano y te lleva seguro.
Hablamos de recordar a padre y madre,
a hermano y hermana,
al habla nocturno que hacías en confianza con las existencias que cruzaron tu camino.
Te quedas sin remordimientos,
sin odios,
sin esas cuentas pendientes por no haber llegado a tiempo para decir "Lo siento"
y al recordar te haces mar salado en una gota de agua dulce
porque tu sabes que algo has dejado,
algo has amado en aquellos que te has entregado.
Podría ser que nacieras con alas invisibles, y te las cortaran,
aún así no podrías reaccionar de otra manera
que la de seguir caminando con los pies de la esperanza.
Incluso cuando más te dolía,
cuando te dejaban, tú abrías otro amanecer,
otra sonrisa, otras de tus trastadas,
y sentabas cátedra y ejemplo de la torre en la que se podría confiar.
Y hablamos de morir,
cuando es el tiempo de decir Adiós,
de decir “Os Quiero”,
de seguir viviendo en los recuerdos y los poemas.
cuando ya sientes los pasos cercanos
y tu espíritu vivo desea descansar, desea elevarse, desea irse en paz.
Y si, hablamos de morir,
con esa paz que te abarca toda la vida que has vivido,
todos los seres que has amado,
hablamos de morir cuando pensamos en la inminencia de la bajada del ángel
que te agarra la mano y te lleva seguro.
Hablamos de recordar a padre y madre,
a hermano y hermana,
al habla nocturno que hacías en confianza con las existencias que cruzaron tu camino.
Te quedas sin remordimientos,
sin odios,
sin esas cuentas pendientes por no haber llegado a tiempo para decir "Lo siento"
y al recordar te haces mar salado en una gota de agua dulce
porque tu sabes que algo has dejado,
algo has amado en aquellos que te has entregado.
Podría ser que nacieras con alas invisibles, y te las cortaran,
aún así no podrías reaccionar de otra manera
que la de seguir caminando con los pies de la esperanza.
Incluso cuando más te dolía,
cuando te dejaban, tú abrías otro amanecer,
otra sonrisa, otras de tus trastadas,
y sentabas cátedra y ejemplo de la torre en la que se podría confiar.
Y hablamos de morir,
cuando es el tiempo de decir Adiós,
de decir “Os Quiero”,
de seguir viviendo en los recuerdos y los poemas.
@ Las Crónicas de Ava
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